Los países que buscan ordenar sus finanzas no deberían apresurarse a recortar sus presupuestos, pero tendrían que estar atentos a la confianza de los inversores en sus bonos, dijo el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un vasto documento.
De todas formas el documento -que menciona las lecciones aprendidas para la política fiscal tras la crisis financiera global- dice que la evidencia es poco concluyente y brinda pocas maneras para que los gobiernos que tienen problemas en ordenar sus finanzas concreten los lineamientos.
El ritmo apropiado de los recortes presupuestarios posiblemente estará en el centro de las reuniones de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países que integran el Grupo de las 20 (G-20) previstas para el mes próximo en Washington.
"El ritmo óptimo de ajuste depende del estado de la economía, la condición de las finanzas públicas y el alcance de las presiones del mercado", dijo el personal del FMI en el documento.
El organismo agregó que aun para los países que batallan por retener la confianza de los inversores, los "limites de velocidad" en la consolidación fiscal podrían ser una buena idea para no perjudicar el crecimiento, al punto de que cualquier reducción de la deuda en relación al PIB pueda resultar contraproducente.
La crisis financiera del 2007-2009 y la recesión global revirtieron las consideraciones comunes sobre el momento de aplicar programas de austeridad creíbles, niveles saludables de deuda y el impacto del estímulo fiscal. Previamente, el consenso radicaba en que mientras más rápido controlaran su deuda los gobiernos, obtendrían mejores resultados, sostuvo el FMI.
El Fondo fue duramente criticado el año pasado cuando admitió que los programas de austeridad que recomendó durante la crisis global fueron más perjudiciales que lo esperado al provocar daños económicos que incluso llegaron a triplicar el nivel previsto.
El reconocimiento del FMI alimentó las críticas sobre la severidad de los recortes presupuestarios en economías sobreendeudadas de la zona euro, y llevaron al Fondo a suavizar sus recomendaciones para el bloque de la moneda única.
Sin embargo, en el informe divulgado el martes, el FMI dijo que los países que han perdido la confianza de los inversores en bonos podrían no tener más alternativa que reducir sus deudas rápidamente.
Al mismo tiempo, sostuvo que esperar demasiado para la consolidación fiscal también podría ser perjudicial si los mercados pierden la fe en que un determinado gobierno finalmente logrará estabilizar las finanzas.
El FMI dijo además que los gobiernos que pueden permitirse esperar deberían apuntar a la austeridad de "mediano plazo", pero también tendrían que tomar algunas medidas de inmediato para demostrar que ven con seriedad la necesidad de implementar los recortes.
"Las autoridades de un país nunca estarán en posición de saber con seguridad si el camino de ajuste gradual que eligieron será aceptado por los mercados o generará un colapso de la confianza", indicó el documento, y añadió que en la mayoría de los casos la austeridad afectaría el crecimiento a corto plazo.
Por otro lado, la crisis mostró que el estímulo fiscal puede ser efectivo para alentar una economía durante una recesión severa, especialmente cuando las tasas de interés ya están en niveles cercanos a cero.