"Extorsión y fotos vergonzosas no me distraerán", dijo Jeff Bezos, CEO de Amazon

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Quizás hubiese sido más fácil que Jeff Bezos se adelantara al medio The National Enquirer al exponer detalles personales vergonzosos. Ahora, el hombre más rico del mundo necesita convencer a los inversionistas de que entrar en conflicto con una poderosa organización de medios estadounidense no terminará lastimando a Amazon.

Bezos, el mayor accionista de Amazon, sorprendió a la industria el jueves por la noche cuando acusó al Enquirer de intentar chantajearlo con la publicación de tensos diálogos con la revista que incluían detalles de su relación con la antigua presentadora de televisión Lauren Sánchez. La saga ahora amenaza con crecer como una bola de nieve, ejerciendo aún más presión sobre un multimillonario que ya posee al minorista en línea más grande, una compañía de exploración espacial y una importante cadena de noticias nacional.

La revelación de Bezos intensifica una guerra de palabras con un confidente del presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha sido crítico con Amazon y su fundador. Cuando el Enquirer, propiedad de American Media, expuso su relación con Sánchez, Bezos contrató al investigador Gavin de Becker para averiguar si la noticia tenía motivaciones políticas. Además de promover esa sugerencia, y cómo está posiblemente vinculada al asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, Bezos hizo esfuerzos en la publicación del jueves para cimentar otra narrativa: está enfocado en otras cosas.

"Le pedí (a De Becker) que priorizara la protección de mi tiempo, ya que tengo otras cosas en las que prefiero trabajar y proceder con el presupuesto que necesite para investigar los hechos", escribió Bezos en la publicación.

La primera oleada de controversia llegó el 9 de enero, cuando Bezos publicó una declaración en Twitter, firmada por él y su esposa por 25 años, MacKenzie, anunciando sus planes de divorcio. Horas más tarde, se publicó en la primera noticia de Enquirer sobre su relación extra matrimonial con Sánchez. Bezos dijo el jueves que la revista luego amenazó con dar a conocer más detalles, incluyendo selfies con desnudos parciales, si no aceptaba detener su investigación en curso sobre los motivos de la publicación.

Bezos acusó al Enquirer y su editor, David Pecker, aliado de Trump, de extorsión en un intento por acabar con esa investigación. Enlodando aún más la situación, Bezos es dueño del Washington Post, que ha escrito historias críticas sobre Trump. Khashoggi era columnista de ese medio.

Por ahora, los inversionistas rechazan las noticias sobre su vida personal, ya que carecen de importancia para el valor de la compañía, que registró ingresos el año pasado de US$233.000 millones.

"Bezos es tan extraordinario, y Amazon es tan extraordinario, que puede derribar a un matón", señaló Davia Temin, fundador de Temin and Co, consultora de manejo de crisis con sede en Nueva York. "Él tiene el coraje y la posición como el hombre más rico de Estados Unidos, y creo que su coraje para enfrentar la extorsión va a superar los detalles detrás de la extorsión", indicó.

Chantaje insólito a Bezos agrava disputa indirecta con Trump
Una vieja disputa entre Donald Trump y Jeff Bezos dio un vuelco extraño cuando el multimillonario acusó a aliados del presidente de Estados Unidos de tratar descaradamente de extorsionarlo.

El jueves, en una jugada sorprendente que recalentó las redes sociales de todo el mundo, el fundador y máximo ejecutivo de Amazon.com Inc. acusó en una publicación de blog al editor del National Enquirer de intentar chantajearlo con fotos vergonzantes en las cuales él aparecía con una mujer que no era su esposa, entre ellas selfies subidas de tono.

El ejecutivo, que suele evitar hablar con los medios, también publicó intercambios de correos electrónicos explícitos y descripciones de las fotos, diciendo que prefería sentirse avergonzado a que lo extorsionaran.

También señaló los informes de que David Pecker, editor del Enquirer y máximo responsable de American Media Inc. (AMI), ya había trabajado en nombre del presidente. Pecker, dijo Bezos en su publicación, "recientemente cerró un acuerdo de inmunidad con el Departamento de Justicia relacionado con su papel en el llamado proceso de ‘atrapar y matar’ a favor del presidente Trump y su campaña electoral".

Por su parte, Trump ha criticado con frecuencia a Bezos y su periódico, el Washington Post, por todo, desde impuestos y tarifas de envíos hasta la impresión de "noticias falsas". El mes pasado, Trump llamó al ejecutivo de tecnología "Jeff Bozo" (por Bozo the Clown, un payaso muy popular en EE.UU.) por Twitter.

"Es inevitable que ciertas personas poderosas que experimentan la cobertura de noticias del Washington Post concluyan erróneamente que soy su enemigo", dijo Bezos en su publicación. "El presidente Trump es una de esas personas, obviamente por sus muchos tweets".

Riqueza creciente
Los representantes de American Media y la Casa Blanca no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.

Irónicamente, convertirse en enemigo de Trump no parece haber perjudicado la suerte del fundador de Amazon. Desde la elección de Trump, nadie ha ganado más dinero que Bezos, quien se convirtió en la persona más rica del mundo gracias a la fiebre del oro del comercio electrónico, la publicidad en la web y la computación en la nube.

La fortuna de Bezos actualmente está tasada en US$133.900 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.

Trump ha amenazado a Amazon con un proceso judicial antimonopolio, pero nada de eso se ha materializado. El presidente también presionó al Servicio Postal de EE.UU. para que cobrara más al gigante del comercio electrónico por la entrega de paquetes, ante su creencia de que Amazon tiene un acuerdo preferencial con la empresa. Eso redundó tan solo en un informe del Departamento del Tesoro donde se proponía que aumentaran las tasas del correo, sin explicitarse cuánto más debería cobrar el Servicio Postal.

Bezos se ha presentado a sí mismo como un defensor del periodismo, pero su enfrentamiento con el Enquirer puede ponerlo en aprietos. En su intercambio con un representante de AMI, Bezos argumentó que el Enquirer no tenía permiso para publicar las imágenes comprometedoras porque le pertenecían y estaban protegidas por las leyes de derechos de autor.

AMI respondió que estaba autorizada a publicar las fotos por su interés público, ya que "millones de estadounidenses tienen un gran interés en el éxito de Amazon".