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Incidentes sospechosos de guerra híbrida rusa
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Rusia ha ordenado cada vez más a sus agentes locales que se filmen mientras llevan a cabo ataques para intentar garantizar que los complots se desarrollen según lo planeado
Funcionarios estadounidenses y europeos dicen que están viendo una disminución en los presuntos actos de sabotaje respaldados por el estado ruso este año, evidencia de que los servicios de seguridad del presidente Vladimir Putin pueden estar frenando una campaña de guerra híbrida a la que se le atribuyen ataques en toda Europa.
La disminución de las operaciones, que han implicado que agentes de inteligencia rusos paguen a intermediarios para atacar infraestructuras civiles e individuos, se ha atribuido a diversos factores, según los funcionarios, que pidieron no ser identificados al tratarse de temas delicados. Una explicación principal es que Moscú podría estar reforzando su control sobre los ataques encomendados a delincuentes locales poco fiables, algunos de los cuales se habían descontrolado y corrían el riesgo de un grave error de cálculo, según las fuentes.
Entre enero y mayo de este año, se produjeron 11 incidentes híbridos presuntamente respaldados por Rusia en Europa, incluyendo el intento de sabotaje de cables de fibra óptica y torres de telefonía móvil en Suecia, según un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (Iiss). Esto se compara con un récord de más de 30 en todo 2024, según el conjunto de datos del IISS sobre ataques a objetivos energéticos, de comunicaciones, de transporte, militares, acuáticos y submarinos.
Funcionarios occidentales creen que un factor podría ser que Putin quería evitar seguir antagonizando a Donald Trump en los primeros meses de su segundo mandato, mientras el presidente estadounidense buscaba alcanzar un acuerdo de paz rápido en Ucrania. Otras posibles razones incluyen que los juicios de alto perfil a saboteadores capturados por las fuerzas del orden disuadieron a los posibles reclutas de participar, lo que obligó a Moscú a adaptar sus tácticas, y que el servicio de inteligencia militar ruso GRU redirigió recursos a Ucrania en los últimos meses, señalaron.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no respondió a una solicitud de comentarios. Anteriormente, había desestimado los informes de que Rusia lleva a cabo sabotajes en Europa, calificándolos de "acusaciones infundadas".
Los funcionarios estadounidenses de la Casa Blanca y de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Funcionarios occidentales afirman que las operaciones híbridas se convirtieron en una parte clave de la estrategia rusa tras su invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, cuando Estados Unidos y Europa enviaron a Kiev miles de millones de dólares en armas para su defensa. Con la expulsión de espías rusos vinculados a sus embajadas en gran parte de Europa en los últimos años, se afirma que Moscú optó por pagar a agentes locales para que llevaran a cabo actos de violencia, sabotaje e incendios provocados en una campaña de disrupción.
La campaña rusa se ha visto como un intento de atacar a las naciones occidentales por su apoyo a Ucrania. A diferencia de su predecesor, Joe Biden, la ayuda militar de Trump a Kiev ha sido menos fiable. Estados Unidos acordó recientemente seguir enviando armas a Ucrania siempre que sus aliados europeos las cubran.
Los funcionarios advirtieron que el aparente declive de la campaña no indicaba que los ataques híbridos hubieran cesado por completo o que no se intensificarían en el futuro. Añadieron que los planes de sabotaje siguen siendo más frecuentes en los países de Europa del Este que en los occidentales.
La disminución de incidentes podría haber comenzado en el otoño de 2024, después de que altos funcionarios estadounidenses contactaran a sus homólogos rusos para advertirles contra futuras operaciones, según personas familiarizadas con las conversaciones, que pidieron no ser identificadas debido a la sensibilidad del asunto. Los contactos se produjeron ante el temor estadounidense de que Rusia colocara artefactos incendiarios en aviones de carga con destino a Estados Unidos, tras un incendio en unas instalaciones de DHL en el Reino Unido en julio de 2024.
Los ataques híbridos se definen como amenazas hostiles respaldadas por un Estado que utilizan métodos militares convencionales y no convencionales, diseñados para desestabilizar a los oponentes mientras difuminan el umbral de un acto de guerra declarado.
Tres residentes del Reino Unido fueron condenados en julio por perpetrar un atentado incendiario, respaldado por Rusia, en marzo de 2024 contra un almacén londinense de una empresa que suministraba bienes, incluyendo equipos satelitales Starlink, a Ucrania. Ken McCallum, director del servicio de seguridad nacional británico MI5, declaró el año pasado que Rusia tenía la misión de generar un caos sostenido en las calles británicas y europeas.
En mayo, el primer ministro polaco, Donald Tusk, acusó a los servicios de inteligencia rusos de orquestar un ataque incendiario en 2024 que destruyó casi por completo un centro comercial en Varsovia.
Otros incidentes atribuidos a Moscú incluyen vandalismo, interferencias de señales GPS y un complot frustrado para asesinar al director ejecutivo de una empresa de armas alemana.
«Rusia libra actualmente dos guerras», declaró el presidente finlandés Alexander Stubb el año pasado . «Una es una guerra cinética y convencional en Ucrania. La otra es una guerra híbrida en Europa y Occidente con el objetivo de influir en el tono del discurso público o, de alguna manera, quebrantar nuestra sensación de seguridad».
Rusia podría estar teniendo dificultades para mantener un control estricto sobre las operaciones, ya que algunos casos de sabotaje e incendios provocados trascienden los objetivos de quienes los ordenaron, según afirmaron algunos funcionarios. Esto podría deberse en parte a la incompetencia y la poca fiabilidad de los pequeños delincuentes contratados para llevar a cabo las acciones, señalaron.
También hay evidencia de que algunos individuos, descritos como emprendedores, han actuado por iniciativa propia con la esperanza de impresionar a potenciales pagadores rusos, arriesgándose nuevamente a obtener resultados erráticos, dijeron las personas.
En respuesta, Rusia ha ordenado cada vez más a sus agentes locales que se filmen mientras llevan a cabo ataques para intentar garantizar que los complots se desarrollen según lo planeado, dijeron las personas.
El desvío de recursos de inteligencia rusos a Ucrania reveló las dificultades del Kremlin para lograr avances sobre el terreno este año, a pesar de la narrativa pública de Putin de que está ganando la guerra, según las fuentes. También sugirió que los recursos rusos están al límite.
Los cambios legislativos en países como el Reino Unido han aumentado las penas de prisión por participar en este tipo de incidentes. Esto ha aumentado el riesgo para los posibles reclutas, quienes a menudo reciben solo unos pocos cientos de euros o libras de la inteligencia rusa y carecen de protección diplomática si son descubiertos.
Si bien los complots han disminuido este año, los gobiernos europeos continúan registrando casos regulares y graves de ataques cibernéticos rusos e intentos de espionaje más tradicionales, dijeron algunos funcionarios.
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