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El Gobierno de Mariano Rajoy solicitó a mediados de 2012 una línea de crédito de US$ 136.205,7 millones para reestructurar su sistema financiero, de los que finalmente usó un 41%. Entonces, los tipos de interés del bono a 10 años llegaron a superar el 7,5% y la prima de riesgo rozó los 650 puntos básicos. A cambio, suscribió un Memorando de Entendimiento, por el que se comprometió a sanear su sistema financiero, mejorar su sistema de supervisión bancaria, reducir el déficit público y realizar reformas estructurales.
El capital de ese préstamo se empezará a devolver en el año 2022, pero los intereses se abonan anualmente. Según el MEDE, España ha abonado US$ 282,7 millones en intereses en el año 2013. Sin embargo, la institución estima que si el Gobierno hubiera recurrido al mercado para financiar esos US$ 56,296 millones de euros, los intereses que habría tenido que abonar el año pasado habrían ascendido a US$3.591,7 millones.
Para hacer el cálculo, el fondo de rescate tiene en cuenta la prima de riesgo media de los bonos a 5 y 7 años durante el semestre comprendido entre los tres meses anteriores a solicitar el rescate y los tres meses siguientes.
El ahorro de US$ 3.309,7 millones supone un 0,2% del PIB español y un 0,6% del gasto público primario (que excluye los intereses de la deuda). Esta es la cifra más pequeña de los cinco países que se han acogido a un programa de los fondos de rescate europeos, ya que la cantidad solicitada por España respecto al tamaño de su economía también fue la menor.
En este sentido, Grecia habría ahorrado US$11.672,9 millones de euros en 2013, un 4,7% de su PIB; Irlanda US$925,1 millones, un 0,4%; Portugal, un US$ 2.350,6, un 0,8% y Chipre, US$ 326,5 millones, un 1,5%.
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