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El más reciente índice de Kpmg Global muestra que son los únicos países de América Latina preparados para esta tecnología
Los países, a la par con los consumidores, cada vez buscan productos más innovadores, que aporten al cuidado del medio ambiente, y un mercado que responde a esas nuevas necesidades es el de los carros autónomos o sin conductor.
Aunque suena como una idea prometedora, lo cierto es que no todos los países están preparados para implementar esta tecnología, como analiza el más reciente informe de la consultora Kpmg International con su Índice de preparación de vehículos autónomos (Avri por sus siglas en inglés).
Estos vehículos sin conductor facilitan la vida de los ciudadanos y prometen el desarrollo de las ciudades, algo que caería muy bien justo durante la reactivación por el covid-19. Pues tal como sugirió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) hace unos días, los países deben buscar reformas estructurales y apuntarle a los impuestos y economías verdes.
Así, el estudio de Kpmg International evalúa cuáles son los 30 países que están más preparados para impulsar o recibir el mercado de los vehículos autónomos. Para dar con los resultados la entidad analiza la política y legislación; la tecnología e innovación; la infraestructura y la aceptación del consumidor en cada nación.
El ranking de 2020 arroja que los tres países más preparados son Singapur, Países Bajos y Noruega. En el caso de Singapur, es el país que presenta el mayor puntaje en política y legislación por los esfuerzos que ha realizado su gobierno para implementar este tipo de vehículos.
Sin embargo, en este país se prevé que el uso de los carros autónomos será principalmente para el transporte público y de mercancías antes de ser para uso personal.
Los siguientes en el ranking son Estados Unidos, Finlandia, Suecia, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Dinamarca, respectivamente, con puntajes favorables en la infraestructura, tecnología y la legislación para el mercado.
En el caso de América Latina, los únicos países que figuran son Chile, en el puesto 27; México en el puesto 28 y Brasil en el puesto 30.
Chile se destaca por el uso de estas tecnologías en su minería por más de 10 años, lo que les ha permitido extender sus horarios de trabajo hasta dos horas más que si conduciera un ser humano.
Además, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Chile inició en enero un proyecto piloto con un minibus para el uso de carros autónomos, que sería el primero de América Latina.
“La visión del gobierno chileno para adoptar la tecnología disruptiva y asumir el liderazgo sobre las tecnologías y comunicaciones en la región es una de las fortalezas del país”, añadió Rodolfo Echeverria, de Kmpg en Chile.
México no tiene buenos puntajes en las disposiciones del gobierno para el cambio o en las regulaciones para los autos de este tipo, sin embargo se convierte en un país prometedor dada su proximidad con EE.UU..
Finalmente, Brasil, en el último lugar del ranking, se destaca por entusiasmo hacia el uso de nuevos tecnologías. Sin embargo, para que los vehículos autónomos operen en las ciudades son necesarias carreteras específicas y aún no están presupuestadas según el informe.
Colombia no clasifica en el ranking, sin embargo, los expertos resaltan que el mercado de vehículos eléctricos es prometedor, e incluso podría ser un primer peldaño para extenderse en el mercado automotriz innovador.
“El país debe incentivar a la empresa privada a convertirse en un hub de producción de vehículos con esta tecnología porque la oportunidad es llegar a los otros mercados latinoamericanos”, comentó Santiago Roldán Zuluaga, experto en mercadeo.
Entre los beneficios que tiene el uso de los vehículos autónomos está la seguridad y disminución de accidentabilidad en los países que los usen.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud hay 1,35 millones de muertes en accidentes viales y más de 50 millones de heridos al año, en el que el error humano causa 95% de estos. Dada la precisión de los vehículos autónomos al no depender de un ser humano, la cifra tendería a reducirse notoriamente.
Ahora bien, con las políticas medioambientales, y la nueva realidad que ha dejado el covid-19, los vehículos autónomos, para uso personal, o público y de mercancías, como planea Singapur, podría impulsarse con mayor facilidad.
Richard Threlfall, director global de Infraestructura de Kpmg International señala que el uso de estos vehículos podrían ser importantes dados los nuevos requisitos de movimiento para personas y mercancías como consecuencia del virus.
“El transporte público podría aliviarse parcialmente con minibuses autónomos a pedido para promover el distanciamiento social, mientras que los vehículos autónomos para envíos podrían satisfacer la demanda de entrega sin contacto”, señaló Threlfall.
La industria y los inventores permiten soñar con nuevas tecnologías cada vez más deslumbrantes, cuyo acceso parece estar muy cerca para algunos.
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