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Reforma pensional de Chile y Colombia
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En el país el proyecto de ley ya pasó a segundo debate, en Chile debe esperar hasta después del 17 de diciembre cuando se realice el plebiscito constitucional
Las grandes apuestas del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el de Chile. Gabriel Boric, son sus reformas pensionales. Si bien, en Colombia el proyecto de ley ya fue aprobado en un primer debate, en el país austral está en el congelador y debe esperar hasta el 17 de diciembre cuando se realice el plebiscito constitucional.
La reforma planteada por el gobierno de Petro propone al igual que el de Gabriel Boric un sistema mixto de pensiones. Mientras en el país se habla de la creación de un fondo de ahorro del pilar contributivo, en Chile se habla de la creación de un seguro social con cotización de 6% con cargos al empleador.
Otro de los puntos en los que se enfoca la reforma Petro es el de la designación de una transferencia monetaria para mujeres desde 60 años y hombres de 65 años. Además en Colombia se le permitirá a las personas con las condiciones de hacerlo que aporten un poco más.
De acuerdo con el académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, UCP, en Chile y doctor en Economía y Ciencia Política, Aldo Madariaga, las reforman se dan en dos escenarios diferentes.
Por ejemplo, la reforma en Chile se da en medio de un mutado escenario político presionado por la sociedad que en su momento se mostró inconforme con las aseguradoras de fondos de pensiones, AFP. En ese sentido, asegura que los chilenos se han inclinado más hacia un fondo solidario y el gobierno Boric ha manifestado su intención de darle punto final a las AFP’s.
“Los ahorros previsionales en las cuentas individuales -tanto los acumulados como los del futuro- mantendrán la propiedad individual, podrán heredarse y no serán jamás expropiados, tal como funciona hoy”, manifestó en una oportunidad el mandatario chileno.
“En Chile, la balanza se ha inclinado hacia la implementación de un fondo solidario y eliminar las AFP. Ya desde el de Bachelet se había planteado esta iniciativa”.
“Las reformas pensionales de estos países tienen similitud, pero se dan en contextos diferentes. En Colombia hay componente social, pero se estiman riesgos a futuro”.
Esta no es la primera vez que en el país austral se habla de esta idea. Explica Madariaga que el debate está puesto sobre la mesa desde que Michelle Bachelet ostentaba el cargo de presidenta de la nación.
También admite que en su momento la derecha de este país acogió esa idea, allanándose a la propuesta de incrementar la cotización y que parte de esta fuera un fundo solidario.
El Gobierno de Chile reconoció que su plan de reforma pensional requiere de US$8.000 millones, lo que equivale a 2,7% de su PIB en régimen. El ministro de Hacienda de Chile, Mario Marcel, mostró su preocupación por lo que considera el envejecimiento de la población en el país austral. “Se estima que en la próxima década, la población mayor de 65 años crecerá 4% anual, eso es más que la población en edad de trabajar, más que el PIB y que otras variables”, manifestó el encargado de la cartera económica.
Por el lado de Colombia, la reforma pensional ha tenido reparos por parte de los políticos de oposición, gremios y algunos académicos. Uno de los primeros en manifestarse sobre las implicaciones fiscales que podría tener la iniciativa del gobierno Petro fue Asofondos. La entidad citó que en 50 años la deuda pensional aumentará 50%.
“No se explica como el ministerio de Hacienda avala una propuesta pensional cuyas propios estimativos dan a concluir un incremento tan alto en la cuenta para los jóvenes”, afirmó Santiago Montenegro, presidente de Asofondos.
A diferencia de la propuesta de la reforma pensional de Chile que permite la herencia, Asofondos asegura que la propuesta en Colombia elimina este beneficio en le régimen privado.
“Si un afiliado no tiene beneficiarios de ley puede heredarle ese ahorro a otros familiares. Con la reforma pensional pierde esta posibilidad”, manifiesta la entidad. El analista económico Dióstenes de La Hoz reconoce que si bien la reforma pensional de Petro tiene mucho de componente social, deja un sabor a incertidumbre sobre lo que pueda pasar con las pensiones futuras.
Moody’s ha mantenido su advertencia de que en el caso de Colombia los cambios en el sistema pensional limitarán de forma sustancial el acceso de los administradores de fondos de pensiones al mercado de capitales.
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