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Empezó la cuenta regresiva para nuevo arancel de 100% a China de Estados Unidos
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Funcionarios de Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo marco que evita la aplicación de un arancel de 100% adicional
El próximo jueves, en Gyeongju, en Corea del Sur, Donald Trump y Xi Jinping se reunirán por primera vez desde el inicio del nuevo mandato del republicano. La cita busca avanzar en acuerdos sobre comercio, inversión y tierras raras que eviten una nueva escalada arancelaria y una posible sacudida de la economía mundial.
En la antesala del encuentro, funcionarios de Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo marco que evita la aplicación de un arancel de 100% adicional sobre productos chinos, lo que despeja el camino hacia un eventual pacto comercial que los líderes discutirán esta semana. Este arancel empezaría a regir desde el primero de noviembre, sin embargo, es posible que con el acuerdo previo de los funcionarios esté no entre en vigor.
El avance diplomático se produjo durante la primera etapa de la gira asiática de Trump, que comenzó en Kuala Lumpur, Malasia, donde ambas delegaciones mantuvieron su última ronda de negociaciones. Este alivio temporal llega tras semanas de tensiones y medidas recíprocas entre las dos mayores economías del mundo.
Fuentes de la Casa Blanca indicaron que los aranceles de 100% sobre bienes chinos, anteriormente amenazados por Washington, están “casi descartados”.
Aun así, persisten dudas sobre si la reunión en Corea del Sur se llevará acabo en un contexto marcado por la desconfianza mutua y la incertidumbre global.
Está previsto que ambos mandatarios aborden temas sensibles como los aranceles, los controles a la exportación, las compras agrícolas de China, el tráfico de fentanilo, la situación de Taiwán y la guerra en Ucrania.
Uno de los puntos más críticos de la reunión es que Pekín continúa respaldando a Moscú con la compra de petróleo y el suministro de equipos de uso dual. “Voy a hablar con Xi sobre cómo terminar la guerra, sea por el petróleo, la energía o de otro modo. Y creo que será receptivo”, aseguró Trump recientemente.
“Lo fundamental que está en juego en el corto plazo y que se anunciará o ratificará en Corea del Sur será si finalmente se llegó a un acuerdo comercial para desescalar la guerra comercial entre los dos países, lo mismo que para reducir el enfrentamiento por tierras raras. Igualmente, derivado de un posible acuerdo marco para desescalar aranceles, es probable que también se anuncien acuerdos sectoriales en materia de compra de soja a Estados Unidos por parte de China y, en general, que se apacigüe en algo la tensión entre los dos países que ha aumentado severamente desde abril pasado”, explicó John Mario González, analista político.
Ni los aranceles más altos ni la creciente tensión comercial entre Washington y Pekín han logrado frenar el flujo de mercancías chinas hacia Estados Unidos. De acuerdo con los datos más recientes, cada día ingresan al mercado estadounidense alrededor de US$1.000 millones en productos fabricados en China, incluso con gravámenes que alcanzan hasta 55% o más. En varios casos, las exportaciones chinas hacia EE.UU. no solo se han mantenido, sino que han crecido.
“En el corto plazo está en juego lo que se anunciará o ratificará en Corea del Sur, si finalmente se llegó a un acuerdo comercial para desescalar la guerra comercial entre los dos países”.
“Voy a hablar con el presidente de China, Xi Jinping, el jueves sobre cómo terminar la guerra, sea por el petróleo, la energía o de otro modo. Y creo que será receptivo”.
El motivo es estructural. China no solo exporta en volumen, sino en sectores donde resulta difícil encontrar sustitutos inmediatos. Minerales de tierras raras, componentes electrónicos, cables especializados y semiconductores son parte de una cadena de producción compleja que el país asiático ha logrado dominar.
Esa especialización convierte a muchas de sus exportaciones en bienes estratégicos para la industria estadounidense.
El presidente Trump ha buscado acuerdos con proveedores alternativos para reducir su dependencia de China en sectores estratégicos como las tierras raras. No obstante, estos acuerdos, por ahora, no podrían reemplazar el mercado chino.
Desde la óptica del Fondo Monetario Internacional, la balanza comercial de China se mantiene entre 2% y 4% del PIB, pero su influencia global se ha fortalecido gracias al crecimiento de su peso económico y financiero.
Una muestra de ello es la expansión del renminbi, RMB, en las operaciones de financiamiento comercial, que pasó de prácticamente 0 hace 15 años a cerca de 50% al cierre de 2023. Este salto refleja una menor dependencia del dólar y una mayor autonomía monetaria.
Esa posición estructural otorga a Pekín una ventaja estratégica. Aunque Washington impone aranceles para contener su peso comercial, China no vende productos fácilmente reemplazables: exporta bienes esenciales para las cadenas industriales globales. Por eso, incluso en medio de la guerra arancelaria, la interdependencia económica entre las dos potencias se mantiene.
Por otra parte, González recordó que “Donald Trump ha venido cosechando triunfos tanto comerciales con numerosos países y diplomáticos, lo cual lo ponen en una posición cómoda para sostener la guerra comercial en el evento de que no se cerrara un acuerdo comercial. No obstante, todo indica que se llegará a un acuerdo, pues, de lo contrario, es muy posible que hace días se hubiera abortado la reunión entre los dos líderes, situación que no ha ocurrido”.
La tasa clave se ha reducido en 675 puntos base desde alcanzar un peak de 11,25% a finales de 2022
Hasta esta semana, se reportó más de 11 millones de barriles de petróleo venezolano estaban atascos en buques a la espera de partir
El presidente del Banco Central, dijo también que el país, sexto productor mundial de soja y un importante exportador de carne vacuna, cerrará el 2025 con una inflación de 3,6%
