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En el segundo trimestre la economía de Estados Unidos tuvo un crecimiento de 2,6%, que pese a que es positivo parece no alcanzar para cumplir las ambiciones de Donald Trump.
La economía de Estados Unidos se recuperó del lento crecimiento que mostró en el primer trimestre, pero no lo suficiente como para pensar que la meta del presidente Donald Trump, de crecer 3% a finalizar el año, se vaya a cumplir.
El PIB estadounidense acumuló un aumento de 2,6% en el segundo trimestre, en línea con lo que esperaba el mercado. Sin embargo, según el New York Times, tras este comportamiento, los analistas no prevén que la economía vaya más allá de 2,5% en 2017.
La confianza del consumidor ha sido una de las claves para el comportamiento del PIB, a pesar de las tormentas políticas que han rodeado a Washington.
Los escándalos por los supuestos nexos con Rusia o los tropiezos en la agenda legislativa no han mermado el gasto de las personas. El Índice de Confianza al Consumidor, medido por The Conference Board, se ubicó en 121,1 unidades, por encima de las 117,3 de junio. Según el centro de pensamiento, la evaluación de los consumidores de las condiciones actuales de la economía está en máximos de 16 años.
Adicionalmente, según el informe del PIB, el gasto del consumo creció 2,8% en el trimestre, una tendencia parecida a la de la inversión que subió 2%, a pesar de que había tenido una contracción en el trimestre anterior. Cifras positivas que, sin embargo, no son suficientes para las expectativas de Trump.
“Es bien difícil esta meta. Él estaba hablando teniendo en cuenta que pensaba que la reforma tributaria, que implicaba un aumento muy fuerte en infraestructura y reducción en impuestos, podría impulsar significativamente la economía norteamericana”, consideró Ómar Suárez, analista de renta variable de Casa de Bolsa.
El tropiezo que ha tenido la reforma a la salud durante esta semana pone en duda la facilidad con la que pueden pasar los proyectos, a pesar de la mayoría republicana. Solo esta semana, en un aspecto meramente procedimental, el vicepresidente Mike Pence tuvo que desempatar una votación para iniciar el debate.
Los ojos también están puestos sobre la Reserva Federal. En su última reunión, mantuvo las tasas inalteradas en el rango entre 1% y 1,25%, pero advirtió sobre el comportamiento de la inflación.
La meta es que quede en 2%, pero aún continúa debajo de este número, lo que ha preocupado a la entidad. Sin embargo, el repunte de la economía y la mejora en el desempleo, que está en niveles de pleno empleo, llevarían a la Fed a subir una vez más sus tasas.
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