El Banco Central de Brasil destaca la creciente confianza en el proceso de desinflación

El banco central de Brasil decidió mantener un grado de libertad sobre cuándo comenzará a flexibilizar la política monetaria, ya que las expectativas de inflación se mantienen por encima del objetivo hasta 2028 a pesar de una actividad económica más débil.

“La actividad económica interna ha mantenido una trayectoria de crecimiento moderado, como lo anticipó el Comité”, escribieron los responsables políticos encabezados por Gabriel Galipolo en las actas de su decisión del 10 de diciembre, cuando mantuvieron la tasa de referencia Selic sin cambios en 15% por cuarta reunión consecutiva.

Y aunque las expectativas de inflación están cayendo, están por encima del objetivo en el horizonte de política del banco, lo que requiere una postura cautelosa respecto de la política monetaria.

Todos los miembros del comité coincidieron “en que, en un entorno de expectativas desancladas –como es el caso actualmente– se requiere una mayor restricción monetaria durante un período más largo del que sería apropiado en otras circunstancias” para asegurar que la inflación converja hacia la meta, escribieron.

Los miembros de la junta reiteraron que el mercado laboral aún se encuentra en un nivel muy ajustado, aunque hay indicios tempranos de desaceleración. Dijeron que continuarán vigilándolo.

Los miembros del consejo dijeron que un mercado laboral dinámico impacta la inflación de los servicios, que también ha mostrado cierto enfriamiento, aunque claramente muestra resiliencia.

“Por un lado, persiste la interpretación de que la inflación está siendo impulsada por la demanda y requiere una política monetaria contractiva durante un período muy prolongado; por otro lado, se mantiene la interpretación de que la política monetaria ha jugado un papel decisivo en la desinflación observada”, dijeron los responsables de la política monetaria.

Postura cautelosa

La mayor economía de América Latina se desaceleró en el último trimestre y la creación de empleo formal se debilitó en octubre. El índice de actividad económica del banco central, un indicador del producto interno bruto, cayó 0,25 % en octubre con respecto al mes anterior, por debajo de la mediana estimada de 0,1 % por los analistas encuestados por Bloomberg.

Sin embargo, las autoridades económicas aún consideran que el escenario actual está marcado por un nivel considerable de incertidumbre. El banco central adoptó una postura cautelosa, incluso cuando los costos de endeudamiento se encuentran en su nivel más alto en casi dos décadas.

La junta está monitoreando el impacto de la política fiscal del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de cara al año electoral de 2026 y la reciente volatilidad cambiaria. Los analistas que esperaban que el banco central permitiera un recorte de tasas en enero ahora apuestan por una flexibilización en marzo.

Los miembros de la junta aumentaron las tasas de interés siete veces consecutivas en un ciclo que totalizó 4,5 puntos porcentuales antes de indicar en junio que harían una pausa para observar los efectos de la campaña en los aumentos del costo de vida.

La inflación anual se desaceleró en noviembre, situándose dentro del límite superior del rango de tolerancia del banco central (4,5 %), por primera vez en 14 meses. Los datos oficiales mostraron que los precios al consumidor se redujeron a 4,46 %. Aun así, las expectativas siguen estando por encima del objetivo del 3 %.

Los banqueros centrales brasileños redujeron su estimación de inflación anual para el segundo trimestre de 2027 —que actualmente es su horizonte relevante para la política monetaria— a 3,2% desde 3,3% en noviembre.