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Un trabajador muele un tubo de acero inoxidable en una planta de fabricación de acero en la Ciudad de México.
El país latinoamericano es el tercer mayor proveedor de acero importado por Estados Unidos, representando 12% de todas las importaciones extranjeras
Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y México se centran en un posible sistema de cuotas para reducir los aranceles sobre un cierto volumen de importaciones de acero, una medida que parece disipar las preocupaciones de los fabricantes estadounidenses del metal.
El marco en desarrollo, descrito por personas familiarizadas con las conversaciones, aliviaría los aranceles para algunas de las importaciones de acero mexicano que los fabricantes de automóviles estadounidenses y otras industrias han descrito como esenciales.
Pero la exención —conocida en el lenguaje comercial como cuota arancelaria— se limitaría a un cierto volumen de importaciones, probablemente siguiendo la cantidad promedio enviada a Estados Unidos durante el período 2015 a 2017.
Este enfoque refleja el desafío que enfrentan los negociadores estadounidenses en las conversaciones comerciales con naciones que buscan tasas más bajas o exenciones de una serie de aranceles que el presidente Donald Trump impuso en los últimos meses.
El equipo del presidente se ve obligado a equilibrar intereses conflictivos: cumplir su promesa de un renacimiento de la industria manufacturera estadounidense y, al mismo tiempo, mitigar el impacto para las fábricas nacionales que durante mucho tiempo han dependido de productos importados.
Someter repentinamente a materiales extranjeros a aranceles —como el nuevo impuesto más alto de 50% sobre el acero y el aluminio— podría disuadir la fabricación de bienes fabricados con ellos, incluso si los derechos ayudan simultáneamente a impulsar la fabricación de metales en Estados Unidos.
Los portavoces de la Casa Blanca no hicieron comentarios al respecto, y los representantes del Departamento de Comercio no respondieron a las solicitudes de comentarios. La Secretaría de Economía de México no emitió comentarios de inmediato.
Las conversaciones entre Estados Unidos y México continúan sobre varios temas, pero avanzan hacia un acuerdo, según personas familiarizadas con las negociaciones. México es el tercer mayor proveedor de acero importado por Estados Unidos, representando 12% de todas las importaciones extranjeras de esta aleación.
El cupo de acero libre de aranceles que están discutiendo los negociadores reflejará los promedios históricos de las importaciones de México. Si bien se han discutido diferentes plazos, las negociaciones se centran en el período 2015-2017, según dos personas familiarizadas con el asunto. Esto sería anterior a un aumento repentino de las importaciones, así como a una desaceleración relacionada con la pandemia.
Según datos del Departamento de Comercio de EE.UU., ese plazo significaría aproximadamente 2.799.228 toneladas métricas. Las importaciones de acero por debajo de cualquier umbral especificado en el acuerdo evitarían el arancel de 50%, pero se espera que se les aplique un cargo base de 10%, según fuentes familiarizadas con el asunto. Las cantidades superiores estarían sujetas al arancel completo, según fuentes familiarizadas con el asunto.
El límite propuesto equivaldría a 88% del total de acero que los compradores estadounidenses importaron de México el año pasado, cuando los clientes importaron 3.194.752 toneladas métricas.
El plan aborda las preocupaciones planteadas por los fabricantes de acero estadounidenses, que se resistieron a una suspensión total de las importaciones procedentes de México porque, según ellos, socavaría los esfuerzos para mejorar la capacidad interna.d
Fijar el umbral por debajo de la demanda actual garantizaría un mercado interno para el acero estadounidense, a la vez que brindaría cierto alivio a los consumidores estadounidenses del metal. Al mismo tiempo, permitiría a la administración brindar cierta ayuda a un socio estadounidense.
Bloomberg News informó a principios de este mes que funcionarios estadounidenses estaban a punto de llegar a un acuerdo con México para levantar los aranceles vigentes a cambio de compromisos de no exceder una cuota flexible. Esto desató una oleada de presión por parte de productores nacionales alarmados, según algunas personas familiarizadas con la situación. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, y su equipo reevaluaron los términos, según estas fuentes.
Los partidarios afirman que la medida cumpliría con los objetivos de la administración Trump de garantizar límites estrictos a las importaciones libres de aranceles y normas de acceso al mercado estadounidense, en lugar de enfoques alternativos que podrían ser fácilmente objeto de abuso. Los contingentes arancelarios tienen una larga historia en Estados Unidos, habiéndose impuesto para regular el comercio de todo tipo de productos, desde el azúcar hasta las células solares.
La administración Trump ya empleó un enfoque similar en su acuerdo comercial con el Reino Unido, que permite la entrada de 100.000 vehículos a Estados Unidos con un arancel combinado de 10%, en lugar de alrededor de 27,5%. Estados Unidos también se comprometió a establecer contingentes arancelarios para cierto volumen de aluminio y acero (y sus productos derivados) importados del Reino Unido.
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