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Donald Trump redobla presión sobre Putin y amenaza a Rusia con aranceles de 100%
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El presidente Trump condiciona nuevas sanciones y refuerza el apoyo militar a Ucrania, en busca de un alto al fuego con Rusia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endureció su postura ante el conflicto en Ucrania y advirtió que podría imponer aranceles de hasta 100% a las importaciones rusas si en los próximos 50 días no se logra un acuerdo de alto al fuego. Así lo aseguró el mandatario tras reunirse con el secretario de la Otan, Mark Rutte, en una declaración que marca un giro en la estrategia estadounidense y pone mayor presión sobre el gobierno de Vladímir Putin.
Trump detalló que los gravámenes serán “secundarios”, es decir, no solo afectarían a productos procedentes de Moscú, sino también a terceros países que continúen comprando exportaciones rusas. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, explicó que tanto sanciones como aranceles serán herramientas clave para forzar un cambio en la conducta rusa. Además, la administración estadounidense reiteró que, de no existir avances hacia el cese de hostilidades, aumentará el suministro de armas a Ucrania.
El presidente expresó su decepción por la falta de avances en las negociaciones: “Estoy decepcionado con el presidente Putin porque pensé que habríamos tenido un acuerdo hace dos meses, pero no parece que lleguemos a ese punto”, aseguró Trump, dejando claro su frustración ante la prolongación del conflicto.
La Casa Blanca fijó inicios de septiembre como fecha límite para que Rusia firme un acuerdo de alto al fuego. El impacto del anuncio se hizo sentir de inmediato en los mercados energéticos: el precio del barril de petróleo brent cayó 1,75% a US$69,14, tras haber alcanzado un máximo de tres semanas al inicio de la jornada.
Por su parte, la Opep informó que junto a sus aliados planea aumentar la producción de crudo para responder a una demanda “muy fuerte” prevista para el primer trimestre del año. El grupo de países productores también prevé balances ajustados hacia finales de año, lo que ha impulsado el retorno de barriles al mercado.
La propuesta de sanciones secundarias contra Rusia representa un cambio significativo respecto a las políticas aplicadas hasta el momento por Occidente. Actualmente, la mayoría de los vínculos financieros con Moscú han sido cortados, pero las exportaciones de petróleo ruso a terceros países no han sufrido restricciones tan estrictas. El Congreso estadounidense debate ahora un proyecto de ley para autorizar la aplicación de estas nuevas medidas.
“Estoy decepcionado con el gobierno del presidente Vladímir Putin porque pensé que habríamos tenido un acuerdo hace dos meses, pero no parece que lleguemos a ese punto”.
Cabe recordar que, tras más de tres años de guerra, Estados Unidos y otras naciones occidentales han buscado presionar a Rusia a través de sanciones, pero no han logrado frenar completamente el financiamiento de Moscú vía exportaciones energéticas. Los aranceles de 100% anunciados por Trump no solo buscan encarecer los productos rusos, sino también penalizar a quienes mantengan relaciones comerciales con Rusia.
Trump admitió frustración por no haber logrado la paz tan rápido como esperaba: “de hecho, probablemente llegamos a un acuerdo cuatro veces. Y luego el acuerdo no se concretaba porque esa noche se lanzaban bombas y uno decía que no íbamos a hacer ningún acuerdo”, explicó. El nuevo enfoque del presidente estadounidense refleja una evolución en sus prioridades diplomáticas. Al inicio de su mandato, las críticas se dirigían principalmente hacia el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Sin embargo, ahora la presión se centra en Vladímir Putin y en reforzar la capacidad de defensa de Ucrania.
Entre las medidas anunciadas, Trump detalló el envío de un nuevo paquete de armas que incluye municiones, misiles y sistemas de defensa aérea, como parte del apoyo militar a Kiev. El presidente había anticipado la semana pasada que haría un anuncio relevante sobre Rusia, dada la falta de avances para resolver el conflicto.
El anuncio de Washington fue recibido con preocupación en los mercados internacionales, ya que una escalada en las sanciones y los aranceles podría tener repercusiones directas en los precios de la energía y en las cadenas de suministro globales. Analistas señalan que la eventual imposición de tarifas de 100% complicaría aún más el comercio internacional de materias primas, especialmente en Europa y Asia, donde muchos países dependen de los productos energéticos y metales rusos.
Por su parte, Rusia ha mantenido su posición firme respecto a la guerra en Ucrania, y hasta ahora no ha dado señales de ceder ante la presión occidental. Voceros del Kremlin han reiterado que las sanciones no han logrado cambiar la estrategia del gobierno de Putin, aunque admiten que el endurecimiento de las medidas económicas ha provocado ajustes en la economía nacional y en las alianzas comerciales del país.
En el plano diplomático, la decisión estadounidense ha generado preocupación entre algunos de sus aliados europeos, quienes advierten sobre el riesgo de una mayor fragmentación del mercado energético mundial y el aumento de la volatilidad en los precios del petróleo y el gas. Líderes de la Unión Europea han llamado al diálogo y han instado a ambas partes a buscar una salida negociada al conflicto, ante el temor de nuevas consecuencias para la economía del bloque.
Editado y corregido por Alejandra Rico Muñoz, editor de Globoeconomía
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