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La economía brasileña creció menos de lo esperado en el primer trimestre porque las industrias siguieron en su largo letargo y los consumidores, alertas ante una mayor inflación, fueron más conservadores a la hora de comprar.
El Producto Interno Bruto de Brasil creció 0,6% en el primer trimestre, desde el cuarto trimestre de 2012, informó ayer el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (Ibge).
La previsión era que el Producto Interno Bruto (PIB) creciera 0,9% en el primer trimestre, frente al anterior, según la mediana de las previsiones de 31 analistas encuestados por Reuters.
La economía se expandió 1,9% en el primer trimestre en tasa interanual, dijo el Ibge. El resultado tampoco cumplió con los pronósticos de un avance de 2,3% de la encuesta de Reuters.
Tras una década de auge, la mayor economía de América Latina ha languidecido bajo el mandato de la presidenta Dilma Rousseff, quien ha desalentado a algunos inversores con sus frecuentes inversiones en la economía y no ha podido destrabar los severos problemas de logística e infraestructura que enfrenta Brasil.
La economía recibió en el trimestre el impulso de una gran cosecha que contribuyó al crecimiento de 9,7 % de la actividad agrícola con respecto al mismo trimestre de 2012.
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"Países expuestos a mercados de materias primas con elasticidades relativamente bajas, en especial los metales, podrían requerir colchones fiscales y espacio en su política monetaria", sostuvo el informe.
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