Colombia sale calificado como "mayor perdedor" en el ambiente para hacer negocios

¿Es bueno el entorno empresarial de cierto país?. Con esa pregunta nació hace unos años el informe de mejores territorios para hacer negocios de Economist Intelligence Unit (EIU), la famosa unidad de investigación económica del grupo dueño de la revista The Economist.

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En el EIU recién publicaron un dato preocupante sobre América Latina y aún más en lo que tiene que ver con Colombia. Según ellos, junto a Chile, ambos son los “mayores perdedores” en la medición con corte al primer bimestre de este año. “Chile cae nueve puntos en comparación con el año pasado, y Colombia seis, con puntajes para el entorno político y la política hacia la inversión extranjera en descenso para ambos”.

El análisis de la publicación es que “en Colombia, la política económica bajo el presidente de izquierda, Gustavo Petro, se volverá más intervencionista e impulsada por el Estado, lo que implicará regulaciones más estrictas para el sector petrolero”. Pero es aún más estricto sobre Chile, al cual equipara con “problemas para los negocios al nivel de Baréin y Eslovaquia.

“En Chile, esto refleja la incertidumbre política asociada con un proceso de reforma constitucional no resuelto que genera problemas y perjudica la eficacia política, así como los planes del gobierno de izquierda para ampliar el papel del Estado en la economía”, haciendo alusión a los proyectos de Gabriel Boric a quien de hecho se le ‘embolató’ la reforma tributaria que pretendía ajustar aún más los impuestos a los más ricos con puntos como el impuesto al patrimonio.

En términos generales EIU ve que América Latina obtiene una puntuación baja en eficacia política, “lo que refleja problemas de corrupción, delincuencia, instituciones débiles y, a menudo, políticas incoherentes hacia las empresas. Las entradas de Inversión Extranjera Directa (IED), principalmente a los sectores relacionados con las materias primas, pero también a los servicios (como el comercio, los restaurantes y las finanzas) y las manufacturas, se dispararon en 2022 en muchas economías latinoamericanas”.

¿Qué significa una caída en este informe?. Los economistas de EIU explicaron que cada país recibe un puntaje con tendencia al alza o en caída y así se determina la confianza sobre ellos. “Son unas perspectivas que permiten tabular los principales indicadores macro locales pero también los escenarios que tienen en cuenta las calificadoras de riesgo”, agregó Nick Marro, global trade en EIU.

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Efecto IED
En un panorama contrario a la evaluación de ambiente para hacer negocios, el Gobierno resalta el balance de la IED el año pasado. Hace unos pocos días, el Banco de la República dio a conocer que los recursos extranjeros llegaron a US$17.048 millones en 2022, con un aumento de 81,7% frente a 2021.

De hecho, de ese monto, los servicios financieros y empresariales y el rubro petrolero fueron de los que más aportaron con US$5.530 millones y US$2.777 millones; respectivamente el año pasado. Claro está, una precisión que han hecho algunos, es que del monto final, los primeros dos trimestres de 2022 tuvieron flujos entre US$4.000 y US$5.000 millones, mientras que en los otros dos (segundo semestre) bajaron a un rango de US$3.164 millones y casi US$4.000 millones.

En su momento el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, explicó que “igual fue un gran resultado, si hubo una disminución fue normal, siempre que hay periodos electorales o de transición de gobiernos se ven esos cambios. En Colombia hay confianza, también lo podemos monitorear con los títulos de deuda del país que este año han tenido un muy buen apetito a nivel internacional”.

Tan solo hace menos de una semana, el MinHacienda subastó $900.000 millones en Títulos de Tesorería (TES) en pesos, en referencias con vencimientos en diez años (2033), 19 años (2042) y 27 años (2050). El día del anuncio se recibieron ofertas de compra por $3,2 billones, equivalentes a 5,3 veces el monto convocado inicialmente, representando la tercera demanda más alta del año.

“Entonces sí se puede decir que la demanda de deuda colombiana es buena, o por lo menos se ha mantenido en apetito notorio entre enero y marzo” destacó Juliana Salamanca, analista de finanzas de la U. de Los Andes, quien de hecho reconoció que la información de EIU “es una recolección de datos para reflexionar pero no para juzgar”.