Colombia está a la captura de inversores

Bogotá se ha convertido en una de las principales bases empresariales de América Latina. El país quiere aprovechar este tirón inversor, acelerado por la minería, para impulsar infraestructuras y competitividad.

Bogotá se ha posicionado como una de las metrópolis con mayor tirón de América Latina para poner una pica en el subcontinente, sólo por detrás de Sao Paulo, de acuerdo con una encuesta del Instituto de Empresa a las 38 empresas españolas con mayor presencia en la región.

Los directivos valoran, sobre todo, sus buenas conexiones por avión, pero también empiezan a apreciar una amplia oferta de ocio, una buena calidad de vida y, algo que pocos habrían dicho pocos años atrás, su seguridad.

Precisamente, éste es uno de los giros más importantes que ha dado el país. Medellín, antaño conocida por ser el núcleo del cártel de la droga de Pablo Escobar y los grupos paramilitares que operaban en ella, ahora es la ciudad más innovadora del mundo, según una competición patrocinada por Citi y el periódico The Wall Street Journal.

En el concurso se valoraron, sobre todo, sus programas para reducir la pobreza y su capacidad para atraer empresas extranjeras, incluidas aquellas con mayor fuerza tecnológica, como Hewlett Packard. De hecho, Colombia se prepara para ser uno de los tres mayores receptores de la inversión española hasta 2016, de acuerdo con el Instituto de Empresa, a la par que Brasil y México.

En los últimos años, esto ha permitido que el país acumule una afluencia de capitales extranjeros por un valor equivalente al 21,9% de su PIB. Gran parte de este efecto se ha debido a su catalogación, para los inversores internacionales, como uno de los Civets (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica) o, dicho de otra forma, los nuevos BRICS, que prometen retornos incluso más elevados que el resto de los países emergentes, debido a que tienen una mano de obra muy joven y cada vez mejor formada y una clase media cada vez más nutrida, que se va incorporando al consumo.

Minería 
Además, Colombia prevé mantener este ritmo de inversión extranjera, que se verá impulsado por las concesiones mineras de cuarta generación, con las que se conseguirán fondos necesarios para construir infraestructuras de transporte.

El sector minero (oro, plata, esmeraldas, platino, cobre, níquel, carbón) ya aporta en la actualidad el 12,5% del PIB y, de esta parte, el 57% corresponde el petróleo. Gracias a estos productos, Colombia aporta también seguridad a los inversores, ya que acumula reservas por valor de US$37.000 millones al cierre de 2012, el equivalente al 7,2% de su PIB, lo que reduce el posible efecto negativo de una crisis de divisas. El peso colombiano, incluso, se ha apreciado a lo largo de 2013 y 2014.

Sin embargo, Colombia ha aprovechado este fuerte flujo de inversión (en torno al 4% del PIB en los último años) para diversificar su economía y reducir la dependencia del petróleo. Ahora, el 35% de las exportaciones están concentradas en bienes y servicios de alta y media tecnología.

Sin embargo, hay un hecho que el país no puede dejar de lado, que la competitividad de su industria se ha reducido un total del 8,2% entre 2008 y 2012, precisamente porque una mayor afluencia de capitales fuerza la subida de salarios y de precios, aunque se ha producido una leve mejora en el último año.

Por ello, la industria muestra una debilidad estructural, ya que su crecimiento medio en la última década fue del 3,7% anual, tres cuartas partes del 5,1% del conjunto de la economía, y muchos sectores están perdiendo pujanza en el exterior. Otro factor que ha destruido la competitividad es el precio de la electricidad.

Resulta paradójico que el exportador energético se haya convertido en el cuarto país americano que sufre un mayor precio del kilowatio/hora, por detrás de Chile, El Salvador y Brasil, de acuerdo con Interame, una confederación de patronales eléctricas. Corregido por poder de compra, Colombia ocupa el tercer puesto más caro de América, por detrás de Chile y Uruguay.

Las claves del escenario macro 
Se estima que el PIB crecerá cerca de un 4,1% en 2013, y se acelerará al 4,7% y el 5,1% en los próximos años, según las previsiones de BBVA Research, esquivando la desaceleración regional. -El mercado laboral se comporta de forma vigorosa, incluso facilitando la transición a la economía formal.

El empleo asalariado avanzó a un ritmo anual del 4,4%, frente al 2% del conjunto. -El déficit por cuenta corriente ha superado el 3% del PIB, por la fuerte inversión extranjera, pero se prevé que se estabilice en esa zona, sin resultar un gran riesgo.