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El Gobierno chino describió el crecimiento de 7,3% en la producción económica, registrado en el tercer trimestre, como “la nueva realidad de China” y aseguró estar satisfecho con la ralentización. El crecimiento descendió frente al 7,5% registrado en el segundo trimestre y es el más bajo desde el primer trimestre de 2009.
A pesar de la aparente tranquilidad, las acciones de Pekín en los últimos meses ponen de manifiesto su preocupación por esta ralentización; además, todo apunta a que el ritmo de crecimiento seguirá descendiendo en los próximos meses y años.
En este orden de ideas, la segunda mayor economía del mundo está pagando las consecuencias de un exceso de capacidad industrial, de un aumento imparable de los niveles de la deuda y de la crisis del sector inmobiliario, que en la última década ha sido uno de los motores de crecimiento. “Es como una resaca después de la fiesta”, afirmó Bill Adams, economista de PNC Financial Services Group.
La oferta de Catar podría sanar la crisis energética de Europa Oriental, fruto de la escasez en el suministro por la guerra en Ucrania
Sus acciones pasaron de US$70, lo que sitúa la capitalización por encima de US$9.000 millones; aún así, Trump no puede vender acciones
Se estima que el crecimiento del producto interno bruto para junio de este año sea de 0,1% frente a las estimaciones de 1,5%