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El banco ha estado más de cuatro meses en conversaciones y compartiendo documentación para preparar la "prenotificación"
Bbva tendrá que pasar definitivamente por el examen de Bruselas. Cuando lanzó el proyecto de opa para hacerse con Sabadell, el banco presidido por Carlos Torres ya dejó la puerta abierta a que la Comisión Europea tuviese que autorizar la operación, comprobando que ésta no se apoyaba en hipotéticas subvenciones de países extranjeros.
Se trata de una normativa reciente, pero que afecta a todas las fusiones y adquisiciones en Europa. A finales de 2022, la UE aprobó un reglamento para poner coto a los potenciales subsidios de terceros países que pudieran distorsionar el mercado interior comunitario.
Esta regulación, conocida como FSR, obliga a las compañías interesadas en participar en una operación de compra a detallar las ayudas públicas recibidas con anterioridad y a declarar formalmente que éstas no servirán para comprar empresas europeas.
Después de que la Dirección de Competencia, dependiente de la Comisión Europea, determinase que sí analizaría la operación, Bbva ha estado más de cuatro meses en conversaciones y compartiendo documentación para preparar la que se conoce como "prenotificación".
El pasado viernes se cerró el proceso inicial y este lunes el banco ha registrado la notificación oficial, que pone en marcha el reloj para obtener una de las últimas autorizaciones pendientes dentro de la opa para comprar Sabadell.
Se trata de una resolución con los plazos ya establecidos: Bruselas tiene de límite hasta el 26 de noviembre para dar una respuesta o mostrar algún tipo de salvedad a Bbva. A partir de esa fecha, la autorización de la Comisión Europea se da de manera automática "por silencio administrativo", señalan fuentes del banco, que se muestran confiadas en que Europa no se opondrá en ningún caso a la fusión.
La confianza de Bbva se basa sobre todo en el hecho de que la opa para comprar Sabadell se ha planteado en un gran porcentaje como un canje de acciones de nueva emisión, por lo que se producirá un movimiento de dinero mínimo para cerrar la operación.
El expediente lleva meses de tramitación porque Bbva es un grupo con una fuerte presencia internacional. Las autoridades revisan potenciales iniciativas públicas que pueden suponer una ayuda por parte de un país de fuera de la UE.
Analizan cualquier hipotética subvención o exención fiscal para asegurar que efectivamente no suponen un subsidio que distorsione el mercado europeo, explican fuentes al corriente del expediente, que añaden que el proceso de conversación entre la entidad y la Comisión Europea ha trascurrido sin incidentes.
Además de la aprobación de las autoridades comunitarias, la opa está todavía pendiente de obtener la autorización por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Uno de los ámbitos de disputa entre Bbva y Sabadell es cómo evolucionará este expediente, ya que el primero confía en que se aprobará en primera fase sin salvedades antes de final de año, mientras que el segundo prevé que se prolongue, debido a su complejidad, pasando a una segunda fase que daría lugar también a una tercera en la que el Gobierno podría llegar a imponer sus propias condiciones.
Pero por ahora el historial de Bbva demuestra que su planificación se ha ido cumpliendo paso a paso, obteniendo todos los permisos sin objeciones por parte del Banco Central Europeo, los reguladores bancarios británico y estadounidense (PRA y SEC) y autoridades de competencia de países como Estados Unidos, Francia, Portugal y Marruecos, entre otros.
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