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El déficit fiscal primario, que no toma en cuenta el pago de intereses, alcanzará los 177.400 millones de reales este año.
Los gastos públicos se revisaron al alza en US$4.500 millones, mientras que se prevé que los ingresos sean US$4.600 millones más bajos
Brasil elevó su estimación para la brecha presupuestaria de este año para tener en cuenta el aumento del gasto público y la disminución de los ingresos en medio de un debilitamiento de la economía.
El déficit fiscal primario, que no toma en cuenta el pago de intereses, alcanzará los 177.400 millones de reales (US$36.100 millones) este año, frente a una previsión anterior de 141.400 millones de reales (casi US$29 millones), según un informe oficial publicado el miércoles.
Los gastos públicos se revisaron al alza en 21.900 millones de reales adicionales (US$4.500 millones), mientras que se prevé que los ingresos sean 22.800 millones de reales (US$4.600 millones) más bajos.
El real brasileño borró brevemente las ganancias cuando se publicaron las nuevas estimaciones, debilitándose hasta 0,4% en Sao Paulo, ya que a los inversores les preocupa que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva presione para impulsar aún más el gasto en 2024 para apuntalar una caída esperada en la economía más grande de América Latina. Las preocupaciones fiscales de los inversores también amenazan un reciente repunte que llevó a las acciones brasileñas cerca de máximos históricos.
"Esto es solo la confirmación de lo que hemos estado alertando: que el gasto fue subestimado y los ingresos sobreestimados", dijo Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs Group. "Estos acontecimientos dejan muy claro que el gobierno tiene poca inclinación a contener el gasto, y mucho menos a recortarlo".
Las preocupaciones sobre la falta de voluntad de Lula para controlar el gasto público han ido en aumento desde que el presidente izquierdista dijo que era poco probable que su gobierno cumpliera con la promesa del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, de eliminar el déficit el próximo año porque eso requeriría recortar miles de millones de reales de proyectos que son una prioridad para el gobierno.
Lula y sus aliados para mantener sin cambios el objetivo fiscal de 2024, pero pocos creen que pueda cumplir la promesa de déficit cero, dado que requeriría una serie de aumentos de impuestos y otras medidas para aumentar los ingresos que necesitan la aprobación del Congreso.
"Cualquier noticia que implique menos responsabilidad fiscal en Brasil va a crear cierta volatilidad en los mercados locales", dijo Brendan McKenna, estratega de Wells Fargo. "Cada vez estoy más preocupado".
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