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Está previsto que la operación se cierre en las primeras semanas de enero y la intención es comunicarla sea el próximo 10 de ese mes
Banco Santander da la bienvenida a 2023 con una operación corporativa. El grupo cántabro ultima la venta de su gestora inmobiliaria Diglo a Altamira doValue, participada en 15% por la propia entidad, según confirman fuentes financieras a Expansión.
Está previsto que la operación se cierre en las primeras semanas de enero y la intención es comunicarla al mercado sobre el 10 del mismo mes, aseguran las mismas fuentes. Banco Santader y Altamira no han querido hacer declaraciones al respecto.
Esta compra lleva consigo un contrato de gestión de activos (servicing, en la jerga financiera) de Diglo por cinco años. La venta podría estar valorada entre más de US$8 millones y US10 millones.
La firma gestiona una cartera de activos propios con un valor bruto de más de US$5.000 millones que combina préstamos fallidos (NPL) e inmuebles (REO). Estos últimos agrupan más de 4.000 activos adjudicados bajo gestión de diferentes tipos (viviendas, centros logísticos, oficinas y viviendas vacacionales). El negocio de NPL agrupa 200.000 contratos en gestión, de los que 70% corresponden a pequeñas y medianas empresas.
La cartera estaba controlada anteriormente por Aliseda y pasó a Diglo en julio de este año, cuando Banco Santander anunció la creación del gestor inmobiliario con "la ambición de disrumpir el sector, gracias a la tecnología y a la digitalización", según un comunicado.
El motivo de la operación
Diglo está controlada por Santander a través de Deva Capital Servicer, la unidad de gestión inmobiliaria de Deva Capital Holding, la plataforma global de activos problemáticos que el banco creó en 2019. Deva, uno de los vehículos que Santander está utilizando para reordenar su actividad inmobiliaria, está integrada por cuatro divisiones: Deva Servicer, Deva Advisory, Deva Management y Deva Investment.
Las fuentes consultadas aseguran que Banco Santander ha querido desprenderse de Diglo porque los propios estatutos de Deva impedían crecer al gestor inmobiliario. Estos estatutos no permiten hacer negocio en España, por lo que Diglo no podía comprar carteras en el país ni competir. Es una empresa cautiva que solo daba servicio al banco. A esto se suma que Santander tiene 15% de Altamira por lo que refuerza al servicer y además el banco se desprende de 150 banqueros senior que tenían carta de retorno.
Altamira perdió el contrato que mantenía con Sareb en 2022 y que aportó en el 2021 26% de su margen bruto. Con esta alianza, la entidad presidida por Ana Botín impulsa su alianza con la gestora de activos inmobiliarios de doValue. Alrededor de 44% de la cifra de negocio de 2021 procedió de Banco Santander.
Negocio de Diglo
La firma está enfocada en la recuperación de deudas de todo tipo de clientes, así como en la gestión y venta de activos inmobiliarios y todos los servicios complementarios a estas dos líneas de negocio. La compañía cuenta con una plantilla de unos 150 banqueros con perfiles sénior, con alto nivel de especialización y experiencia en el sector del real estate y del servicing.
La mayoría del equipo se localiza en las oficinas corporativas de la firma, situadas en Madrid, y cerca de 30% de la plantilla trabaja desde las ocho delegaciones regionales, ubicadas en A Coruña, Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga, Pamplona, Sevilla y Valladolid. La empresa cuenta, además, con equipo en Córdoba, Vigo, Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.
Crecimiento de Altamira
Altamira ha puesto en marcha este mismo mes una nueva unidad de negocio enfocada a la gestión de carteras de deuda compradas por los fondos de inversión.
La nueva unidad para grandes inversores, dirigida por Conrado Caviró, contará con un equipo de 150 personas. Altamira doValue gestiona actualmente 3.100 millones en activos, tras obtener nuevos contratos de gestión este año, y prevé duplicar el número de clientes, con una previsión de superar los US$4.500 millones bajo gestión en 2024.
La firma señala que su apuesta por este segmento se basa en la evolución esperada del mercado, ya que, según sus estimaciones, los fondos habrían empezado a tomar ya un creciente protagonismo en las compras de carteras. Entre 2021 y 2022, las operaciones entre bancos y fondos pasaron de unos US$4.000 millones a US$10.000 millones.
Deva consume la mitad de su presupuesto
Santander ha invertido ya US$400 millones en activos dañados a través de Deva Capital, su plataforma especializada en la adquisición y gestión de carteras que dirige Javier García-Carranza. El banco lanzó este vehículo con un presupuesto de US$1.000 millones con lo que ya habría consumido cerca de la mitad de los fondos.
Desde su creación ha cerrado una veintena de operaciones en ocho países. Ha adquirido créditos dudosos, inmuebles adjudicados y deuda de empresas en dificultades. La plataforma ha firmado tres compras de carteras en Italia, donde se ha hecho con dos lotes de activos de Intesa Sanpaolo con un valor bruto de US$1.700 millones y un tercero de US$250 millones de Bper Banca. También ha suscrito deuda de un grupo industrial en Francia yha negociado la adquisición de préstamos dudosos en Portugal.
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