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Histórico S&P 500
Las advertencias sobre una posible implosión financiera cada vez son mayores esto impulsado principalmente porque la economía global se vuelve cada vez más dependiente de la IA
La creciente euforia por la inteligencia artificial está llevando a Wall Street a niveles de valoración no vistos desde la burbuja de las puntocom. Según The Economist, el auge tecnológico, impulsado por gigantes que concentran casi todo el rally bursátil, sumado a un escenario internacional marcado por tensiones geopolíticas crecientes y el elevado endeudamiento de las economías desarrolladas, podría desencadenar una nueva fase de inestabilidad financiera con repercusiones globales.
Si la bolsa estadounidense se desploma, será una de las implosiones financieras más pronosticadas de la historia según The Economist. Desde directivos bancarios hasta el Fondo Monetario Internacional, FMI, han estado alertas sobre las estratosféricas valoraciones de las empresas tecnológicas.

Las advertencias sobre una posible implosión financiera cada vez son mayores esto impulsado principalmente porque la economía global se vuelve cada vez más dependiente de la inteligencia artificial y, los gigantes tecnológicos inflan las valoraciones.
En Wall Street, esta es una de las principales preocupaciones ya que, la bolsa estadounidense podría estar cerca de uno de los episodios más anunciados de la historia financiera reciente: un desplome que muchos esperan, pero pocos dimensionan.
Las advertencias de esta crisis han llegado desde todos lados, entre ellos, directivos bancarios, organismos internacionales y economistas influyentes, los cuales coinciden en que las valoraciones de las grandes empresas tecnológicas alcanzan niveles que rozan lo insostenible.
El FMI, la Reserva Federal y las principales firmas de inversión han lanzado señales de alerta sobre un posible ajuste en los mercados; incluso, inversionistas que se hicieron célebres apostando contra las hipotecas subprime durante la crisis de 2008 han vuelto a posicionarse para beneficiarse de una caída.
Adicionalmente, cada vez que el índice Nasdaq, el cual es dominado por los gigantes de la inteligencia artificial, sufre un leve retroceso, el nerviosismo se multiplica.
El auge de la inteligencia artificial
El auge de la IA se ha convertido en la fuerza que sostiene las expectativas del mercado. Ante esto, las denominadas siete magníficas -Microsoft, Apple, Amazon, Nvidia, Alphabet, Meta y Tesla- concentran una parte desproporcionada del valor bursátil estadounidense, lo cual se puede observar en los últimos resultados del pasado trimestre en la cual todas mostraron utilidades e incrementos altos, por ende, son las principales responsables de los niveles récord del índice S&P 500.
El semestre anterior, las que encabezaron el listado entre las magníficas tecnológicas con mayores ingresos se encuentra Apple, Alphabet y Microsoft, con ingresos estimados de US$102.500 millones, US$102.346 millones y US$77.673 millones, respectivamente; estos resultados reflejan cómo el sector tecnológico se mantiene como uno de los principales motores de crecimiento mundial, pese a la desaceleración en algunos mercados clave.
Sin embargo, detrás de esto aún hay mucho que contar. Según estimaciones de JPMorgan, para que las inversiones en IA generen un retorno de 10% hacia 2030, las empresas tendrían que lograr ingresos anuales por más de US$650.000 millones, lo que equivaldría a más de US$400 por cada usuario de iPhone.
Esto crisis tiene una diferencia con las anteriores debido a la fuente de financiamiento. A comienzos de siglo, la burbuja puntocom se sostuvo sobre deuda y apalancamiento, a día de hoy, la mayoría del gasto en inteligencia artificial proviene del capital propio de las compañías.
Estos cambios logran reducir el riesgo de un colapso financiero inmediato, aunque no elimina las repercusiones económicas de una corrección drástica.
El punto débil está en el consumidor estadounidense
El verdadero talón de Aquiles de esta crisis se encuentra en los hogares. Las acciones representan cerca de 21% de la riqueza de las familias estadounidenses, una proporción que a lo largo de la historia nunca había sido tan alta.
El auge tecnológico, impulsado principalmente por la inteligencia artificial, explica casi la mitad del aumento de riqueza registrado en el último año; esta sensación de abundancia ha hecho los consumidores gasten más, pero ahorren menos, una tendencia que podría revertirse si los mercados se desploman.
Ante esto, los cálculos son alarmantes; una caída bursátil comparable a la del estallido de la burbuja puntocom reduciría el patrimonio neto de los hogares 8%, lo que podría traducirse en una contracción del consumo equivalente a 1,6% del PIB de Estados Unidos.
Este panorama se da en un contexto donde el empleo muestra señales de enfriamiento y la inflación aún no ha desaparecido del todo, lo cual bastaría para empujar a la economía estadounidense a la recesión.
Europa y China también tendrán coletazos
El impacto de esta crisis no se vería únicamente en Estados Unidos, una desaceleración del consumo estadounidense afectaría también directamente a los principales mercados globales entre ellos Europa, que atraviesa una etapa de bajo crecimiento, y a China, atrapada en una dinámica deflacionaria.
Los exportadores de ambos continentes ya enfrentan dificultades por los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y una caída de la demanda global agravaría este escenario. Adicionalmente, los inversionistas extranjeros mantienen alrededor de US$18 billones en acciones estadounidenses, lo que amplificaría el efecto de la pérdida de riqueza a escala internacional.
"Perdimos la oportunidad a nivel mundial de declarar desierto el Premio Nobel de la Paz. Me parece que era el año para que quedara vacío", afirmó