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En la semana, se pudo comprobar que tanto las acciones como los bonos se han visto envueltos en un significativo aumento de la volatilidad, un cambio generado, en parte, por el reciente aumento de la rentabilidad de los bonos. No esperamos que se produzca más que un aumento moderado de las tasas. Sin embargo, incluso ese aumento puede ser suficiente para contribuir al aumento de la volatilidad, lo que puede generar dificultades para muchas de las acciones de impulso más populares.
Las miradas atentas en los datos y la Reserva Federal: ahora que la temporada de ganancias del primer trimestre está llegando a su fin, los inversionistas vuelven a centrar su atención en los datos macroeconómicos y en la Reserva Federal. Los datos de los EE.UU. siguen siendo heterogéneos, a excepción de la encuesta de servicios del Instituto de Gestión de Suministros, la cual presentó mejores resultados que los esperados. Un débil informe comercial indica que el crecimiento del PIB en el primer trimestre podría revisarse a la baja, de una ganancia nominal a una ligera contracción.En cuanto al mercado laboral, en abril disminuyó la tasa de desempleo a 5,4%, el nivel más bajo posterior a la crisis, y se recuperó el crecimiento del empleo. Sin embargo, el resto del informe no presentó resultados sobresalientes.
Los datos obtenidos el pasado viernes proporcionan, al menos, un alivio temporal para los inversionistas de bonos. Repuntó el precio de los bonos y disminuyó la rentabilidad, a la vez que, cambiaron las expectativas respecto del incremento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Los inversionistas se muestran menos preocupados respecto de si la Fed tomará una medida muy significativa o muy pronta. No obstante, como seguimos creyendo que puede introducir un aumento más adelante este año, probablemente los bonos permanezcan bajo cierta presión. Esto tiene algunas implicanciones más allá de los mercados de renta fija.
A saber, el aumento de las tasas en estas últimas semanas coincidió con un aumento en la volatilidad, tanto de las acciones como de los bonos. Hace dos semanas, el índice VIX alcanzó un nivel por encima de 16, el más alto en un mes. Aunque estos niveles se encuentran por debajo del promedio a largo plazo, se ha incrementado la volatilidad en, aproximadamente, 35% desde comienzos de mayo. Mientras tanto, el índice MOVE aumentó de 70 a 90, un aumento de casi 30% en menos de dos semanas.
Los sectores donde más se siente la volatilidad: el aumento de la volatilidad tiene consecuencias significativas para los inversionistas. No solo genera más ansiedad, sino que además el nivel y la dirección de la volatilidad también influyen sobre qué estilos de inversión obtienen mejores resultados. Un buen ejemplo de esta situación es el siguiente: las acciones de impulso. Esta forma de invertir, es decir, comprar lo que más aumenta, ha sido muy eficaz durante la mayor parte de los últimos años, ya que un entorno de baja volatilidad favorece este tipo de inversiones. Pero en las últimas semanas, muchos segmentos del mercado que se habían visto más beneficiados con el impulso, como las compañías de biotecnología y medios sociales, fueron los más afectados. Esta pérdida en el impulso está teniendo un impacto predecible en la percepción de los inversionistas. La semana pasada, los inversionistas retiraron más de US$11.000 millones de los fondos negociados en bolsa de las acciones estadounidenses de alta capitalización.
Debido a que el nivel de volatilidad aún se encuentra por debajo del promedio a largo plazo, y nosotros aún estamos en las primeras etapas de un mercado que se ajusta a un régimen de tasas de interés más normales, es muy probable que continúe este proceso. Esto sugiere que quizás convenga a los inversionistas reducir su exposición a las estrategias de impulso y aumentar su posición en algunos segmentos del mercado bursátil que estén más orientados al valor.