Las cuentas de lo que cuesta transportarse en bici frente al medio público tradicional

Bogotá es reconocida por ser una de las ciudades con el peor tráfico en América Latina. El promedio general de la capital colombiana es, según los conteos oficiales, alrededor de 25 kilómetros por hora (Kph). Algo más que la velocidad media a la que va una bicicleta, y un poco menos de la promedio de una persona en ritmo fuerte.

“Bogotá es una ciudad particularmente densa y ese suele ser el predictor principal de problemas en la movilidad”, dijo Bob Pishue de Inrix.

El gobierno local ha implementado múltiples medidas para optimizar la fluidez del tráfico; ‘pico y placa’, ‘Día sin carro’, apertura de kilómetros de cicloruta, entre otros. Este último, por ejemplo, ha sido parte de una de las tendencias, que además es ‘eco-friendly’, y representa un alivio económico, en cierta medida.

Bogotá también es reconocida por tener una de las rutas urbanas para bicicletas más extensas de Latinoamérica: 344 kilómetros. A esto se le suma las iniciativas de bicicletas y medios de transporte eléctricos como las Scooter para promover una alternativa del transporte público, como el Transmilenio.

Fenalco realizó una estimación con seis empresas afiliadas a su comité de movilidad activa, y encontró que vendieron 18.491 patinetas eléctricas en 2022, que representan una participación de mercado de 47%. La cifra supera con creces las de las bicicletas eléctricas, con 2.339 unidades, y de las motos eléctricas, con 5.580.

La plataforma de comercio electrónico Linio estima que las ventas de estos vehículos aumentaron 148% con respecto a 2022.

¿Entonces cuánto vale?

LR calculó cuanto le costaría moverse en bicicleta y si tuviera que asumir el pago de la misma durante 30 días, para relacionar el valor comparado con el pasaje de Transmilenio y, en su defecto, con una scooter.

En varias plataformas online, por ejemplo, una bicicleta urbana está desde $1.1 millones. Esto, a 30 días relacionaría un costo de $36.600 por día para asumir en su totalidad el precio pagado por el medio de transporte. Con este medio, se generan 33 gramos de CO2 por pasajero y milla recorrida, lo que significa que en comparación con el uso de automóviles, por kilómetro, usar bicicletas puede reducir 170 gramos de emisiones de CO2 por persona.

En el caso de una scooter, en el e-commerce se encuentran desde $683.000, lo que saldría un costo por día de $22.700 durante 30 días para suplir todo el costo de la scooter. Un viaje de unos dos kilómetros de distancia realizado en scooter eléctrico supone un ahorro promedio aproximado de 371 gramos de CO2.

Ahora, dentro de la red semi pública de las bicis eléctricas que hacen parte de la movilidad de la ciudad, está Tembici. El nuevo sistema de bicicletas compartidas de Bogotá suma más de 50.000 viaje en los últimos dos meses: 15.000 usuarios han recorrido más de 340.000 kilómetros, lo que ha evitado la emisión de 25 toneladas de CO2.

El sistema está diseñado para viajes cortos. En dos meses de operación, según dijeron a LR, el promedio de un viaje es de 21 minutos, que demuestra que los recorridos son cortos. Se está solucionando primera y última milla. El costo de un viaje es de $890 por retirar la bicicleta, y a ese total se le suma el valor de $150 por minuto. Esto, comparado con un viaje de $3.000 ($6.000 por día) por trayecto en Transmilenio, que, por día, al mes, significa $180.000; al año: $2,2 millones.

La alternatividad al transporte público, entonces, podría costar desde $22.700 al día si se compra un medio de transporte como una bicicleta urbana o una scooter. Si se quiere optar por la red semi pública alterna como Tembici, las bicis eléctricas desde $150.

Es importante, en cierta medida, aliviar varios sectores en emergencia, como lo sería el gasto privado y público de los ciudadanos y otro un poco más urgente, el medio ambiente.

Al transporte público corresponden 75% de las emisiones del sector, siendo la causa directa de estas emisiones en las tramas urbanas. La combustión de estos motores produce fundamentalmente monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y partículas en suspensión y compuestos orgánicos volátiles.

En un estudio comparativo entre los sistemas de transporte masivo de Bogotá y Medellín, Transmilenio y Sitva respectivamente, se evidenció que la concentración de PM 2,5 dentro de los vehículos de servicio público supera los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En una publicación científica producto de la cooperación entre la Unad, Unal y la Universidad Sergio Arboleda ‘Exposición personal a PM 2,5 en el sistema de transporte masivo de Bogotá y Medellín, Colombia’, se demostró que los usuarios del transporte público están expuestos a altos niveles de contaminación emitida por sus propios vehículos y fuentes cercanas durante los recorridos urbanos a bordo de los vehículos de transporte público.

Se encontró que los bogotanos están expuestos a concentraciones de pm 2,5 considerablemente altas.