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FINANZAS PERSONALES

La inflación, el nuevo Cisne negro

martes, 19 de abril de 2016
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Juan David Ballén

Aunque el fenómeno de El Niño haya entrado en su fase final, y la tasa de cambio haya descendido durante los últimos meses, no se puede cantar victoria. Durante los próximos cuatro meses, hay una elevada probabilidad de que los precios continúen subiendo, y de una forma muy agresiva, una vez que la base estadística del año pasado es muy baja, y los alimentos continuarán subiendo, teniendo en cuenta que el ciclo de cosechas suele durar entre seis meses y un año. Adicionalmente, a diferencia de gran parte del mercado, en Casa de Bolsa consideramos que los nuevos niveles de la tasa de cambio (que se mantiene alrededor de los $3.000), no solo generan un impacto al alza de corto plazo sobre los bienes transables, sino uno de forma estructural de largo plazo.

De la misma forma, y donde yace el principal problema, es con respecto a si se están presentando choques de demanda o no. La economía se ha venido desacelerando de una forma más moderada a la esperada, al igual que la demanda interna y el desempleo. Y si este año crecemos tan positivamente como lo considera el Gobierno (entre 3% y 3,2%), también significaría más inflación (no todo es color de rosa).

No obstante, al igual que todo el mercado, creemos que la inflación descenderá en el segundo semestre del año, pero de una forma mucho más moderada de lo que se está esperando, porque consideramos, al igual que varios de los codirectores del Emisor, que se están presentando presiones de demanda. Al mismo tiempo, llamamos la atención sobre que, entre más elevado sea el pico de inflación, ya sea 8,5% o 10%, más elevado será el cierre de año (nosotros por el momento proyectamos 7%). En estos momentos, las expectativas de cierre de año se ubican en 6%, apenas 77 puntos básicos por debajo del cierre del año pasado, y es posible que continúen aumentado durante los próximos meses. 

De ser así, y si no se actúa con prontitud, continuaría creciendo la bola de nieve. A fin de año no habría fundamentos para no subir el salario mínimo por encima de la inflación causada (en lo corrido de este año se ha ubicado por debajo), y la brecha del producto puede que sea menos amplia como se esperaba. Por otra parte, la posibilidad de que el Gobierno incremente el IVA progresiva o inmediatamente hasta 19%, con el fin de hacer frente a un escenario fiscal más desafiante y mantener el grado de inversión, continuaría generando presiones inflacionarias, prolongando el problema hacia 2017, y haciendo que la inflación converja a la meta solo hasta fines de 2018.

Así las cosas, aunque somos conscientes de que la lucha contra de la inflación no solo recae sobre el Banco de la República, y que el fenómeno de El Niño no se puede controlar con política monetaria, sí esperamos un mensaje mucho más contundente para controlar los choques de demanda, aumentando la tasa de interés en 50 pbs mensuales hasta 7,50%, para que las  expectativas de largo plazo no se desanclen. Hasta el momento, mientras el IPC ha aumentado 4,32 puntos  porcentuales (pp) desde 2015 a la fecha (de 3,66% hasta 7,98%), y el IPC sin alimentos 2,94 pp (de 3,26% a 6,20%), la tasa de interés lo ha hecho apenas en 2 pp (de 4,5% a 6,5%), y la tasa de interés en términos reales se mantienen en terreno negativo, es decir en condiciones expansivas.

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