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En el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias se reunieron referentes del sector para analizar la coyuntura actual
Frank Pearl, presidente de la ACP
Presidente de ACP reiteró que se debe recuperar la soberanía energética, en medio de una importación actual de 17% de demanda
Pese a que Ecopetrol y Petrobras han dado nuevas muestras del proyecto Sirius, con una comercialización conjunta desde 2030 de 249 Gbtud, el país se enfrente a una coyuntura de desabastecimiento del recurso energético, que analistas atribuyen a la falta de nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos.
La estimación de Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas, ACP, es que el déficit equivalga a la cuarta parte de la demanda nacional el próximo año.
En este sentido, hizo un llamado a retomar la exploración mientras se hace una revisión de las condiciones que hagan atractivo el país para la inversión extranjera.
Tenemos siete años de reserva de petróleo y cerca de seis años de reserva de gas, es una cifra muy baja. La actividad en el sector ha caído en los últimos años y, aunque, la inversión se ha mantenido para cumplir los compromisos de inversión de capital de los contratos existentes, la nueva inversión en exploración ha caído 8%.
Este año importamos cerca de 17% de la demanda nacional de gas y el año entrante vamos a importar 25%.
Esa situación hay que reversarla porque estamos hablando de un sector que representa 16% de la inversión extranjera directa, que aporta $8 billones en regalías, que aporta más de 20% de los ingresos de la Nación y que es un pilar macroeconómico, fiscal, cambiario y de recursos hacia la región.

Se debe tener la opción de tener nuevos contratos, pero también hay que incentivar la inversión. Tenemos que lograr que Colombia vuelva a ser un mercado atractivo para los inversionistas extranjeros.
El mercado está comparando al países con otros como Argentina, Guyana o Brasil, donde se han firmado más de 280 contratos en los últimos tres años.
Tenemos las tasas de tributación más altas del mercado, condiciones de orden público que dificultan y hacen más costosa la operación y una narrativa que va en contra del sector.
Necesitamos recuperar la autosuficiencia energética y utilizar esos recursos para hacer una transición de tecnologías, para reconvertir las economías de las regiones y para disminuir la inequidad social en Colombia, y aquí están la capacidad y los recursos para hacerlo.
En primer lugar, porque con campos en declinación hay que hacer inversiones adicionales en técnicas de recobro mejorado. En segundo lugar, la situación de conflictividad social ha llevado a que las empresas tengan que hacer numerosos acuerdos con contratistas que son numerosos que pueden representar entre US$4 y US$6 adicionales por barril. Eso es una desventaja comparativa con otros mercados.
Colombia tiene una oportunidad en yacimientos no convencionales. Tenemos un marco regulatorio robusto y unos parámetros y requisitos de licenciamiento ambiental que son bastante rigurosos.
En un país con un déficit fiscal de 7%, con niveles de pobreza de más de 30%, insuficiencia energética y sin soberanía y con la necesidad de importación de gas a dos y medio o tres veces el precio al que se produce localmente, no tiene ningún sentido no mirar con seriedad la opción de los pilotos.
En el Magdalena Medio tenemos unas reservas de gas que pueden ser extraídas con yacimientos no convencionales y que podrían traer moléculas al mercado en un año y medio o en dos años, abasteciendo cerca de la cuarta parte de la demanda nacional.
Contar con nuevas rondas de exploración, pero sobre todo, tener marcos de estabilidad jurídica de mediano y largo plazo. Hay que revitalizar la economía colombiana a partir del sector de hidrocarburos.
Necesitaríamos hacer cambios en temas tributarios y estabilidad jurídica en las condiciones de los contratos.
Orlando Velandia, presidente de la ANH, habló sobre como el país ha logrado mantener un mercado estable a pesar de los niveles bajos en el precio del barril de crudo
Durante las últimas décadas, el midstream se ha convertido para la industria petrolera en un eje fundamental en la fase de transporte, procesamiento y almacenamiento de petróleo y gas natural, ya que actúa como puente entre la exploración y producción (upstream) y el refinado y la venta (downstream). Este sector se encarga de mover los hidrocarburos desde los campos de producción hasta las refinerías y otros centros de procesamiento, utilizando una red de oleoductos, gasoductos, barcos cisterna, vagones de ferrocarril y camiones. Su importancia económica radica en que genera empleo, contribuye al Producto Interno Bruto (PIB); garantiza la seguridad del suministro energético y estabiliza los mercados al equilibrar la oferta y la demanda. Adicionalmente, al gestionar la logística del transporte y almacenamiento, el sector ayuda a equilibrar la oferta y la demanda, lo que contribuye a la estabilidad de los precios de la energía. Desde la Asociación Colombiana de Ingenieros, Aciem gremio profesional de la Ingeniería que cuenta con más de 15.000 Ingenieros de diversas especialidades y con presencia en las principales ciudades a través de Seccionales y Capítulos, comprendemos que el Midstream es el eje de la infraestructura moderna de transporte de hidrocarburos, el cual comprende grandes retos para los Ingenieros y para la Ingeniería. Nuestra geografía ha sido particular para el desarrollo de la infraestructura de transporte de hidrocarburos y los retos para la Ingeniería han sido permanentes, desde el punto de vista de diseño, construcción, instalación, operación y montaje. Esta es una industria donde la eficiencia, seguridad y sostenibilidad son cada vez más exigentes, lo cual nos obliga constantemente a incorporar tecnologías avanzadas de monitoreo, modelamiento digital y gestión integrada, como las que propone el Midstream, que tendremos durante la Octava Cumbre del Petróleo, Gas Energía. Para ACIEM, el Midstream ha representado un salto cualitativo para la infraestructura de ductos en Colombia por tres razones esenciales. Primero, ha fortalecido la integridad operacional al permitir una supervisión en tiempo real, más precisa y predictiva. Esto ha contribuido a reducir los riesgos; a optimizar la toma de decisiones y a mejorar la capacidad de respuesta frente a eventuales contingencias o geoamenazas. Segundo, ha incrementado la eficiencia energética y económica del sistema, al ofrecer modelos más robustos para la planificación, el control de flujo, la detección temprana de pérdidas y la reducción de costos asociados al mantenimiento y paradas no programadas. Y tercero, ha aportado de forma directa y significativa a la sostenibilidad y la seguridad industrial, dos valores que la Ingeniería colombiana reconoce como pilares fundamentales del desarrollo nacional. Desde la VIII Cumbre del Petróleo, Gas y Energía, organizada conjuntamente con los gremios aliados ACP, Campetrol y ACGGP, Aciem invitó a la industria a seguir construyendo una industria más moderna, más segura y más integrada. El Midstream es un paso decisivo en esa dirección, y Aciem y los Ingenieros colombianos estamos comprometidos en liderar este proceso con visión y responsabilidad frente al país. De otra parte, ACIEM llamó la atención sobre el papel de los Ingenieros, Geólogos, Geofísicos y profesionales de esta industria, como actores centrales en el diseño, operación, innovación y supervisión de todo el sistema energético, base para convertir los objetivos de política pública en soluciones técnicas viables; garantizar la confiabilidad de la infraestructura; fortalecer la seguridad industrial y desarrollar tecnologías que hagan posible la Transición Energética del país en las próximas décadas. Además, su rol ético y profesional es crucial para balancear eficiencia, sostenibilidad y crecimiento económico. Los Ingenieros son los responsables de materializar el futuro energético del país con rigor científico y visión estratégica del país. Aciem concluyó que los hidrocarburos siguen siendo el pilar de abastecimiento y de ingresos fiscales del país mientras se hace una Transición Energética, escalable, progresiva y planificada para las próximas décadas.
Esta plataforma evoluciona de forma estratégica para reforzar la conexión entre proveedores y grandes demandantes del sector energético