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La tasa de usura y su efecto en la disminución de la inclusión financiera despierta en el país diferentes posturas desde el sector bancario y público
José Ignacio López Gaviria, presidente de Anif
José Ignacio López, presidente de Anif, analizó el impacto de la reducción acelerada de la tasa de interés en la economía colombiana y cómo podría afectar el acceso a préstamos
La tasa de usura en Colombia ha disminuido rápidamente debido a la reducción de las tasas de interés del Banco de la República, lo que ha generado una brecha creciente entre ambas. José Ignacio López, presidente de Anif, explica que esto se debe a la fórmula que calcula la tasa de usura, basada en créditos de menor riesgo.
López advierte que esta caída puede excluir los sectores más vulnerables del acceso al crédito formal, ya que los bancos prefieren evitar riesgos, lo que limita las opciones de crédito para personas con perfiles más altos de riesgo.
En los últimos meses, se ha visto una caída en la tasa de usura. ¿A qué se debe esta disminución?
La caída de la tasa de usura se debe principalmente a una reducción en las tasas de interés, especialmente la tasa de referencia del Banco de la República, que ha generado un alivio a los deudores. Sin embargo, lo que hemos observado es que la tasa de usura ha descendido a un ritmo mucho más rápido que la tasa del Banco de la República.
¿Qué significa que la tasa de usura haya caído más rápidamente que la tasa del Banco de la República?
Esto es una consecuencia directa de la fórmula que se usa para calcular la tasa de usura. Esta refleja una combinación de tasas de interés de diversas líneas de crédito, y si hay un aumento en los desembolsos de créditos que están asociados a menores riesgos, como los créditos empresariales o los créditos de redescuento, el promedio de esas tasas empuja la tasa de usura hacia abajo. Los créditos que se ofrecen a empresas o sectores más sólidos suelen tener tasas más bajas porque el riesgo percibido es menor.
Sin embargo, esa disminución artificial de la tasa de usura genera problemas para los consumidores de mayor riesgo, ya que los bancos no pueden ofrecerles productos con tasas tan bajas sin comprometer su rentabilidad.
¿Cómo afecta este descenso acelerado de la tasa de usura al acceso al crédito de los colombianos?
El descenso acelerado de la tasa de usura afecta principalmente a los consumidores vulnerables. Al caer la tasa de manera abruptamente, las entidades financieras limitan su oferta de crédito, especialmente para los sectores de alto riesgo, como aquellos en la informalidad o con un historial crediticio limitado. Esto genera un “racionamiento” del crédito formal, empujando a las personas hacia opciones informales, como el “gota a gota”, con tasas más altas y condiciones peores.
¿Qué cambios regulatorios considera necesarios en relación con la tasa de usura para mejorar el acceso al crédito en segmentos de alto riesgo?
Es fundamental ajustar la regulación de la tasa de usura para reflejar mejor los diferentes niveles de riesgo en el mercado de crédito. Actualmente, la tasa de usura no distingue adecuadamente entre el riesgo de consumo y el riesgo empresarial, lo que limita el acceso al crédito en segmentos como el emprendimiento popular. Un cambio en la normativa que permita crear categorías específicas para estos tipos de crédito, con tasas diferenciadas según el perfil de riesgo, podría facilitar una mayor expansión del crédito. Para esto, también es necesario asegurar a las entidades financieras una protección frente al riesgo.
¿Qué implicaciones tiene esta exclusión del crédito formal?
La exclusión del crédito formal obliga a los colombianos a recurrir a fuentes informales como el “gota a gota”, con tasas altísimas que generan un ciclo de endeudamiento constante. Esto impide que las personas avancen financieramente, ya que gran parte de su trabajo se destina solo a pagar la deuda.
¿Cómo se relaciona esta exclusión con la falta de educación financiera en el país?
La educación financiera es un componente clave. Muchas veces, las personas no comprenden cómo funcionan las tasas de interés, ni cómo afectan su capacidad para pagar las deudas a lo largo del tiempo. Esta falta de comprensión puede hacer que accedan a productos de crédito informales sin entender completamente los riesgos que implican este tipo de créditos.
¿Qué opinan desde Anif sobre la posibilidad de expandir el crédito de consumo?
Una expansión de la cartera de consumo podría tener un impacto muy positivo en la reactivación económica del país. Proponemos que se haga una separación más clara de los diferentes tipos de riesgo, de modo que los establecimientos de crédito puedan ofrecer productos adecuados para cada segmento de la población. Esto también ayudaría a disminuir la exclusión financiera y a canalizar el crédito hacia los segmentos que hoy en día están siendo atendidos solo por mercados informales.
¿Cómo podría impactar en la economía la creación de nuevas líneas de crédito, especialmente para el emprendimiento popular?
La creación de nuevas líneas de crédito dirigidas a sectores específicos, como el consumo y emprendimiento popular, podría tener un impacto muy positivo si se establecen condiciones más favorables para este tipo de crédito. Así se podría llegar a una expansión significativa del crédito formal. En nuestro análisis, hemos estimado que si se implementan estas reformas, se podría generar una expansión de hasta $10 billones en crédito, lo que representaría un impulso considerable para la economía colombiana.
¿Cómo ven desde Anif el futuro de la tasa de usura y la regulación del crédito?
El futuro de la tasa de usura debe ser uno de equilibrio entre la protección al consumidor y la viabilidad del mercado crediticio, es fundamental revisar la fórmula con la que se calcula la tasa de usura y también pensar en formas más flexibles de regulaciones que permitan a los establecimientos de crédito atender a mercados con mayor riesgo sin que esto implique un riesgo excesivo para los consumidores. La regulación debe evolucionar hacia modelos más dinámicos que reconozcan las realidades del mercado colombiano y permitan un acceso más justo y equitativo al crédito de consumo.
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