¿A qué trabajadores se les debe aplicar el aumento en el salario de 23% desde 2026?

El aumento del salario mínimo a $2 millones mensuales comenzará a aplicarse de manera automática desde el 1° de enero y deberá reflejarse en el pago de la primera quincena de enero, el día 15. Así lo establece el decreto expedido por el Gobierno Nacional que sentirán cerca de 7,4 millones de trabajadores que devengan entre 1 y 2 salario mínimo en Colombia, según cifras de las cajas de compensación, Asocajas.

Sin embargo, las cifras más recientes del Dane muestran que 2,4 millones de personas reciben un salario mínimo, mientras que 11,3 millones perciben ingresos inferiores a ese umbral.

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De hecho, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, sostuvo que el Gobierno pasante, en vez de solo encasillarse y pensar en los “2,4 millones de colombianos que son los que ganan el mínimo” tendría que enfocarse mejor, en aquellos que 11,3 millones que reciben menos de este valor.

El nuevo salario mínimo se compone de $1,75 millones de salario básico y $249.095 correspondientes al subsidio de transporte o conectividad, para completar los $2 millones mensuales. Ningún trabajador con contrato laboral podrá recibir un ingreso inferior a ese monto.

El decreto establece que el incremento de 23% aplica obligatoriamente para quienes ganan el salario mínimo legal vigente, incluidos aquellos con salario mínimo integral. En estos casos, el ajuste es obligatorio y debe hacerse de forma automática.

Sin embargo, el aumento no se extiende de manera generalizada a los trabajadores que devengan ingresos superiores al mínimo. De acuerdo con expertos en derecho laboral, en estos casos el ajuste salarial dependerá de lo que esté estipulado en el contrato de trabajo, los acuerdos colectivos o las políticas internas de cada empresa.

Es decir, si una persona gana más de $2 millones, no existe la obligación legal de incrementarle el salario en el mismo porcentaje. La referencia principal es el contrato laboral y si allí se pactaron incrementos automáticos o ajustes anuales.

Sin embargo, Camilo Cuervo, socio de Holland & Knight, advirtió que el incremento del salario mínimo en 23% tendrá efectos que irán más allá de los trabajadores que hoy devengan el mínimo legal y terminarán presionando al alza los salarios que se ubican por encima de ese umbral.

Según explicó, Colombia tiene una particularidad estructural, de acuerdo con las más recientes cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, la proporción de personas que perciben menos de un salario mínimo mensual pasó de 46,1% en 2024 a 48% en 2025, una cifra que revela el deterioro del ingreso laboral en el país.

En ese contexto, explicó el socio Holland & Knight, un aumento de esta magnitud “se come” los diferenciales salariales que hoy existen entre el salario mínimo y otros ingresos ligeramente superiores, generando una compresión salarial que no responde únicamente a factores formales, sino también a dinámicas sociales y del mercado laboral.

Cuervo señaló que existen ocupaciones y profesiones cuyos ingresos no dependen solo de la ley, sino de lo que la sociedad está dispuesta a pagar por determinadas actividades. Un ejemplo es el de los conductores de bus, un segmento que, en promedio, devenga entre 20% y 25% por encima del salario mínimo.

Con el nuevo incremento, mantener ese diferencial se convierte en un desafío para las empresas. “Si no se ajustan esos salarios, las personas no van a sentir que se les está pagando acorde con su oficio y responsabilidad”, explicó el socio de Holland, al advertir que, aunque la ley no obliga a subir estos ingresos, en la práctica muchas empresas se verán forzadas a hacerlo para evitar una fuga de trabajadores.

El impacto, según Cuervo, es especialmente crítico en el sector transporte. Tras conversaciones recientes con transportadores de Bogotá, señaló que el aumento del salario mínimo podría derivar en una presión insostenible sobre la nómina, en un contexto en el que las tarifas son reguladas y no pueden ajustarse de forma inmediata.

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Antes del incremento, un conductor de bus ganaba cerca de $1,75 millones mensuales, es decir, alrededor de $300.000 por encima del salario mínimo. Para conservar el mismo diferencial, su salario tendría que acercarse ahora a los $2,5 millones, lo que elevaría de manera significativa los costos laborales del sector.

A juicio del socio de Holland, un ajuste más gradual del salario mínimo habría permitido absorber el impacto. “Si el incremento hubiera llevado el salario a niveles cercanos a $1,8 millones o $1,85 millones, como estaba previsto en muchos presupuestos, el golpe habría sido manejable. Con un salto hasta los $2 millones, el riesgo financiero para muchas empresas es evidente”, concluyó.

Un punto clave es el de los trabajadores que, con el salario mínimo anterior, estaban por encima del piso legal, pero que con el nuevo ajuste quedan por debajo de los $2 millones. En estos casos, el empleador sí debe realizar el ajuste necesario para llevar el salario hasta el nuevo mínimo.

El nuevo salario mínimo también tendrá un impacto en las negociaciones laborales vigentes, especialmente en empresas con sindicatos, pactos colectivos o acuerdos salariales a varios años. En estos escenarios, el aumento de 23% podría convertirse en un punto de referencia para renegociar condiciones, particularmente en compañías donde los salarios se ubican apenas por encima del mínimo.

Además, el incremento beneficiará de forma significativa a quienes devengan salario mínimo integral, un grupo que corresponde a trabajadores con altos ingresos. Con el ajuste, este salario pasa a ubicarse por encima de los $22 millones mensuales, lo que representa uno de los mayores impactos del decreto.

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Expertos anticipan que, en las próximas semanas, se incrementarán las consultas laborales y las negociaciones internas en las empresas, en medio de un escenario en el que muchas compañías ya pagaban salarios ligeramente superiores al mínimo y ahora deberán redefinir sus estructuras salariales para ajustarse al nuevo piso legal.