Políticas de envejecimiento

Vicerrector Financiero de la Universidad de Los Andes y expresidente de Colpensiones

La población colombiana está envejeciendo. Es un fenómeno demográfico mundial que plantea para la humanidad retos enormes en una gran variedad de temas, entre ellos, la productividad, la disponibilidad de mano de obra y el cuidado a los adultos mayores.

Colombia está en la fase final del bono demográfico con una tasa de dependencia creciente, y a partir de 2046 la fuerza laboral crecerá menos que la población dependiente. Hoy 7,4 millones de colombianos son mayores de 60 años, 14,4% de la población, y se proyecta que en 2031 la cifra llegará a 10 millones de personas.

Las estadísticas del Dane reportan que 29,5% de los adultos mayores tiene pensión y 19% recibe el subsidio económico del programa no contributivo Colombia Mayor, 28,4% está en pobreza monetaria y 18% en pobreza multidimensional, 14,2% de los adultos mayores vive solo y 34,3% no cuenta con redes de confianza y apoyo, y 38,6% manifestó preocupación y nerviosismo durante el Covid-19.

Los datos muestran lo que ya sabemos: una baja cobertura del sistema pensional con cerca de la mitad de los adultos mayores sin un ingreso garantizado y tres de cada diez con pensión. También señalan que las políticas del adulto mayor deben ir más allá de aumentar la cobertura para garantizar un ingreso. El cuidado integral del adulto mayor es cada vez más importante en una sociedad que está gastando con rapidez su bono demográfico.

Sobre el sistema pensional, es claro que la baja cobertura se origina en la vida laboral. La legislación obliga a cotizar sobre por lo menos un salario mínimo mensual. Pero alrededor de 45% de los 23 millones de trabajadores colombianos ganan por debajo del salario mínimo. La legislación excluye a 10 millones de trabajadores de la posibilidad de contribuir para su pensión. Aunque la intención puede ser buena -que todos los trabajadores ganen por lo menos el salario mínimo mensual- sus consecuencias son negativas. Por ejemplo, para muchos campesinos colombianos el ingreso depende de la cosecha, no de un salario mensual. Las formas de producir cambiaron en el mundo, y muchos trabajadores pueden tener diferentes trabajos, pero por días e inclusive por horas. La legislación laboral debe adaptarse a la realidad laboral de muchos trabajadores para atacar esta informalidad.

Ahora bien, el cuidado al adulto mayor debe ir más allá de la pensión. Colombia cuenta con una política de envejecimiento humano y vejez, cuyo objetivo es propiciar que las personas adultas mayores alcancen una vejez autónoma, digna e integrada, dentro del marco de los derechos humanos y con protección social integral. Aunque incluye lineamientos de implementación, con cerca de 20 entidades del orden nacional y territorial participando, y de seguimiento basado en indicadores de calidad de vida en la vejez de la Cepal, poco se ha divulgado y poco se conoce sobre su implementación.

Es un reto mayúsculo. No se trata de la creación de un nuevo Ministerio, uno de protección a la vejez, sino de la coordinación entre diferentes entidades para implementar y evaluar periódicamente esta política.