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Con el monto de 18.000 bolívares soberanos por mes, los trabajadores solo pueden comprar dos kilos de carne o tres cartones de huevo.
El inicio de 2019 para los trabajadores venezolanos se resume, en términos económicos, en una triste realidad: el dinero (salario mínimo) les alcanza cada vez menos para comprar los productos básicos de la canasta familiar. Esto significa una drástica caída del poder adquisitivo de más de cuatro millones de empleados que reciben esta retribución.
Lo anterior es una paradoja si se tiene en cuenta que el presidente Nicolás Maduro ordenó hace 10 días un incremento de 300% en el salario mínimo mensual, pasando de 4.500 bolívares soberanos a 18.000.
El costo actual estimado de la canasta familiar básica, que incluye cerca de 60 productos, se calcula en 464.951 bolívares soberanos, para lo cual un empleado que gane el sueldo mínimo, debería recibir cerca de 25,8 salarios, según datos del Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
En el caso que sea una familia promedio compuesta por cuatro personas, con dos adultos y dos niños o menores de edad a cargo, cada uno debería recibir 12,9 pagos mínimos para cumplir con la compra de productos como leche, huevos, carne, productos de aseo o la tradicional harina de maíz de ese país. Con ello, cumplirían con lo más básico.
“En vez de mejorar, la situación de los trabajadores venezolanos es cada vez más crítica, pues la hiperinflación que se vive hace que cada aumento de sueldo que realiza Maduro sea prácticamente inútil. La inflación que estima este año el Fondo Monetario Internacional está por encima de 10.000.000%, lo que hace que se especule mucho con los precios en el mercado negro, cada vez que hay un alza en el salario”, comentó César Márquez, internacionalista y experto en economía latinoamericana de la Universidad de Antioquia.
Ejemplo de ello es que en diciembre de 2018, la misma canasta básica costaba 105.043 bolívares soberanos y en menos de un mes ha multiplicado por cuatro su valor. Con el actual pago mínimo, los trabajadores venezolanos pueden elegir entre comprar dos kilos de carne o tres cartones de huevo.
En diciembre de 2018, el costo promedio de un almuerzo para un trabajador era de 1.600 bolívares soberanos, mientras que el tiquete de alimentación con subvención era de 450, un déficit de 1.150 por día para los trabajadores. “Solucionar esta crisis solo será posible con intervención internacional y reformas muy profundas”, dijo Márquez.
Algunos de los productos y servicios básicos con más incremento en sus precios en el último mes han sido la espuma de afeitar, con un alza de 495%; el kilo de harina de maíz, con 300%; el kilo de café, con 298%; detergente, con 257%; papel higiénico, con 254%; y el tiquete de Metro de Caracas, que se elevó en 100%.
El deterioro de la realidad económica de las familias venezolanas cuyos miembros ganan un salario mínimo se observa claramente cuando se mira hacia atrás, pues hace 19 años el poder adquisitivo para comprar los artículos de la canasta era de 67% y ha disminuido progresivamente hasta ubicarse en 3,8% actualmente.
La crisis ubica a esta población de más de cuatro millones de trabajadores en situación de pobreza extrema, según datos de la Organización de Naciones Unidas, que estableció en US$1,20 diarios el umbral de la miseria a nivel internacional.
Con la actual tasa de cambio, los 18.000 bolívares soberanos del salario mínimo, equivalen a US$11,47 o $36.289.
En sus informes sobre la realidad económica del país, el Cendas-FVM también destaca cómo ha impactado negativamente la productividad debido a la escasez de alimentos y el déficit que representa esta situación para la salud de cualquier persona.
Los rubros que más han incrementado
Con la caída estrepitosa del poder adquisitivo a raíz de la hiperinflación que se acentúa cada año en Venezuela, las necesidades básicas no se pueden cubrir y han provocado la migración de más de 3 millones de habitantes. Entre los principales rubros que se deben asumir y que presentan mayores alzas se encuentran el arrendamiento de viviendas, con 300%; salud y medicamentos, con 222,4%; artículos de higiene y limpieza del hogar, con 198,2%; educación, con 164,3% y los alimentos, con 153,1%. Desde 2013, Nicolás Maduro ha realizado 26 alzas al salario mínimo mensual.
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