Tras 75 años de vida empresarial, murió el eterno sastre de Colombia

Como un eterno sastre vivió Hernando Trujillo sus 92 años, que se apagaron el domingo pasado a las 8:00 p.m. en la ciudad de Medellín.

Más que una marca, su nombre es sinónimo de una larga trayectoria empresarial que inició a sus escasos 17 años, cuando montó su primer taller de confecciones dentro de su casa.

Después de trazar los moldes y cortar los vestidos sobre su comedor durante unos cuatro años, Trujillo se presentó con un traje elaborado por él mismo a la primera gran empresa de confecciones que hubo en el país: Everfit. Aunque su primer trabajo consistía en planchar los vestidos, el sastre llegó a convertirse en asistente de diseñador en sus más de seis años dentro de la firma.

Tras estar vinculado a Everfit y haber ganado una reputación importante en el sector, Trujillo inició labores en la firma Valher, ubicada en Pereira, en la que apoyó el crecimiento de sus negocios.

La historia se repetiría una vez más, cuando de Bogotá lo llamaron los hermanos Galindo para montar una compañía llamada Hermega, que unos años después estaría próxima a lo que sería su segundo taller de confección.

Así nació ‘el chuzo’ en 1964, un pequeño taller en la zona industrial de la capital del país en el que trabajaba noches y fines de semana para confeccionar la ropa que comercializaba la cadena americana Sears.

Fue cuatro años más tarde, en 1968, cuando el eterno sastre decidió montar su primer almacén en Chapinero, que para ese entonces era la zona donde las grandes casas de confecciones se instalaban. Así empezó a hacerse famosa la marca Hernando Trujillo, que en el año 1976 construyó una planta con un área total de 5.000 metros cuadrados para expandir sus operaciones en el país. Ante una reducción de las ventas de la compañía en más de $3.000 millones anuales entre 2007 y 2009, la empresa empezó a evaluar opciones para importar de México, Chile y China, pero Trujillo quiso mantener su tradición de crear confecciones colombianas, que tuvieran un sello de calidad distintivo desde sus inicios.

Sin embargo, la marca Hernando Trujillo se vio afectada por la competencia de nuevas marcas, las importaciones chinas y los costos laborales, por lo que se vio obligada a iniciar un proceso de liquidación de la sociedad Diseños y Confecciones HT S. A a inicios de marzo de este año.

Ante la grave situación, una de las salidas que estudió la compañía para enfrentar la crisis fue la venta de la firma a una organización con un sólido músculo financiero, hecho que no se concretó ante la activación de un alto número de sindicatos.

Actualmente, la firma cuenta con un punto de fábrica en la Carrera 62 con Calle 14, y nueve locales en la Zona Industrial, Unicentro, Hacienda Santa Bárbara, Centro 93, Centro Internacional Tequendama, Centro Comercial Cedritos, Santafé, Centro Chía y Gran Estación.

De acuerdo con fuentes cercanas a la familia, el empresario murió rodeado de sus siete hijos y dejó en orden los asuntos de la firma que lleva su nombre. Las cenizas de Hernando Trujillo permanecerán en Angostura (Antioquia), su pueblo natal, después de ser expuestas en la capilla principal.