Solo 22% de las energías que se utilizan son renovables

El uso de energías renovables es recomendable no solo por el comprobado impacto ambiental que genera sino por la necesidad de buscar otras fuentes que permitan suplir los hidrocarburos como elemento tradicional energético. 

Sin embargo, en el último informe de integración de energías renovables no convencionales, publicado por la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), revela que solo el 22% proviene de fuentes renovables. A pesar de que Colombia es uno de esos países que, de alguna u otra manera, tiene posibilidades interesantes para entrar a esa dinámica. 

En la actualidad, detalla el informe, la explotación y producción energética del país está constituida a grandes rasgos en un 93% de recursos primarios de origen fósil, aproximadamente un 4% de hidroenergía y un 3% de biomasa y residuos. De ello, Colombia exporta un 69% de la explotación en forma de carbón mineral (94% del producido y 62% dentro del mismo rubro de exportaciones energéticas) y en petróleo un 66% del producido, representando un 36% en exportaciones energéticas. 

En la demanda interna de recursos energéticos primarios, tasados en 2012, el petróleo se constituye en la principal materia con un 43%, seguido del gas natural con 25%, la hidro-energía con un 13% y el carbón mineral con 10%. Solo los residuos de biomasa o el bagazo, ocupan un 4% de la demanda interna.

El consumo de estos elementos está concentrado para los sectores de transporte e industria (con un 45 y 22%, respectivamente). 

Una de las razones para que la implementación de este tipo de energías renovables no tenga un especial desarrollo en Colombia, según el documento, está ligada a “un contexto energético de relativa abundancia de recursos convencionales ligado a una fuerte participación de hidroenergía en la matriz eléctrica, los costos de inversión asociados, sumado a dificultades socioculturales y políticas para el ejercicio de acciones dirigidas a producir resultados de largo plazo, el Gobierno Nacional y los tomadores de decisiones del sector energético no han enfrentado la necesidad de trazar una hoja de ruta o definir una estrategia para el aprovechamiento de los recursos energéticos de origen renovable que se tienen disponibles”.

Otros aspectos, como el hecho de que Colombia cuenta con un sistema eléctrico nacional bajo en emisiones de carbono -a diferencia de otras naciones con participación mayor de este tipo de energías-, que además no depende en energéticos importados y genera, en la actualidad, una capacidad para satisfacer la capacidad en el corto plazo, harían pensar que no es necesario darle una oportunidad a otras fuentes alternativas de energía. 

“A su vez, al contar con recursos fósiles abundantes en materia de carbón y posibles yacimientos de gas y petróleo aún no explotados, el país no pareciera enfrentar la inminente necesidad de acudir a recursos y tecnologías no convencionales como sí lo han empezado a hacer países en un contexto energético o socioeconómico similar al de Colombia, como es el caso de Brasil, Argentina, México, Chile, Perú y otros países del vecindario latinoamericano”, reza el documento de la Upme. 

Sin embargo, ese concepto se ha ido transformando debido a ciertas variables que hacen más competitiva su implementación. 

Una de ellas está relacionada con el riesgo asociado a la energía hidroeléctrica, pues la alta dependencia del país a este tipo de recursos, pone a Colombia “en riesgo periódico de escasez y altos precios de la energía, como fue evidenciado en la crisis energética generada por el fenómeno de El Niño en los años 1992 y 1993, o más recientemente en los altos precios de energía experimentados en 2009, 2010, 2013 y 2014”.

Basados también en estudios, Colombia será más vulnerable a las sequías, por lo que el uso de otras fuentes como la energía eólica, solar o los biocombustibles, serán indispensables para abastecer la demanda que el país requiere en la actualidad.

Promisorio panorama
Para el presidente de Fedebiocombustibles, Jorge Bendeck, el panorama en el uso de este tipo de fuentes energéticas tienen “mucho futuro”.

“Si dejamos de lado los biocombustibles, es obvio que en Colombia su uso todavía es muy limitado. Por su puesto, que el futuro es con la energía eólica que ya empezó a ser usada en el país, en pequeña escala. Tenemos corredores de viento de la mayor importancia y existe un mapa de corredores de viento que elaboró el Ideam y que realmente muestra que sí se puede desarrollar una capacidad importante generadora en Colombia”.

Bendeck considera que la energía eólica como la energía solar “tiene costos más altos que las energías tradicionales pero si hablamos de futuro las energías renovables no convencionales tienen mucho futuro (...) todavía se requiere de mucha cultura y de una legislación que permite en energías no convencionales que tengan un tratamiento preferencial como lo dá la ley (expedida el año pasado por el Congreso de la República)”.

La educación, clave para el cambio
Explica William Michaels, presidente de la Fundación Cultural y Ecológica Colombiana, que uno de los aspectos a tener en cuenta para inculcar el uso de energías renovables parte de la educación y la organización, “para que la gente vaya conociendo el tema y tomen conciencia del uso de la energía. Las entidades que tienen que ver con los recursos naturales hacen campañas para ahorrar agua, energía, y para que aprendan el manejo de cómo pueden hacerlo en sus casas y esto hace parte de que nos pongamos alerta con todo esto que está sucediendo con el medio ambiente y el agotamiento de los recursos naturales y las energías no renovables”. 

Las opiniones

Jorge Bendeck
Presidente Fedebiocombustibles
“Si hablamos de futuro, las energías renovables no convencionales tienen mucho futuro”. 

William Michaels  
Pte. fund. Cultural y Ecológica colombiana
“se necesita organización para que la gente conozca y tome conciencia del uso de la energía”.