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Lo que tienen por delante los directivos de la Industria Licorera de Caldas (ILC), no es un camino fácil de recorrer. El Plan Estratégico 2014, con el cual buscan modernizar la firma y ponerla a tono con esquemas organizacionales, de negocios y de mercado para sacarla de la crisis que la agobia desde hace varios años, toca fibras sensibles, entre ellas las de los trabajadores.
El Plan Estratégico, que tiene una visión a 2015, está soportado en un programa de reestructuración que incluye un plan de retiro voluntario, revisión de la convención colectiva, un estudio de viabilidad de la destilería (producción de alcoholes) y la modernización de la firma. Aunque estos factores están sometidos a estudios que deben quedar listos el 3o de junio, cifras preliminares indican que la empresa requerirá de unos $50.000 millones para atender este proceso que incluye inversiones.
Uno de esos análisis es el de las cargas laborales que determinará el tamaño real de la planta de personal y el costo del plan de retiro voluntario. La ILC tiene 247 empleados y de estos 89 tienen retroactividad de cesantías (régimen antes de la Ley 50). Según el gerente de la firma, Bruno Seidel, la operación podría hacerse con una planta de 120 o 130 trabajadores. Esto indica que por el plan de retiro, deberían salir más de 100.
El costo de ello con cifras preliminares, puede estar sobre los $15.000 millones y $20.000 millones. Pero un factor que determinará ese tamaño es el estudio que establecerá si la planta de destilación como negocio (cumpliendo con todas las normas ambientales y con las necesidades de inversión en ella) es o no viable para la ILC.
Seidel califica esto como una decisión estructural a tomarse, que incluye el escenario en el cual la firma entre a comprar el alcohol para producir sus licores. “La viabilidad de la destilería nos debe dar un mensaje claro de hasta dónde va el alcance del plan de retiro. Sólo allí trabajan 40 empleados”, dijo. La convención colectiva, que a la empresa le cuesta anualmente unos $4.500 millones, busca ser revisada.
En este punto Seidel dice que los tres sindicatos, han mostrado disposición e incluso se habla que podrían estar dispuestos a congelar $1.200 millones de la convención. También se plantea equilibrar en el año la producción, de tal forma que no se cargue en el último trimestre el grueso de la fabricación, porque ello implica costos laborales altos. Esto va acompañado de un plan para no sobreinventariar a distribuidores.
Frente a este Plan, el revisor Fiscal, de uno de los sindicatos, Sintrabecólicas, Víctor Bustacara, señala que se quiere hacer ver que los culpables de la crisis de la ILC son los trabajadores y la convención. “A nosotros no nos han escuchado y también tenemos derecho a opinar sobre cuál debe ser la forma de mercado o de producción”, dijo. Lo cierto es que la ILC habría terminado el 2013, según datos preliminares y sin auditar, con una pérdida entre los $82 millones y $1.800 millones. Un resultado que le indicaría al Departamento de Caldas, que no habría transferencias del 2013.
La opinión
Víctor Bustacara
Revisor fiscal de Sintrabecólicas
“Nos llaman para decirnos que hay que rebajar costos de la convención, pero no han escuchado nuestra propuesta”.
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