Líos de franquicias tocaron la puerta de Jimmy Choo, Havaianas y Mango

El pleito entre la empresa creadora de EPK, Bridgewood Capital, y la comercializadora de la marca en Colombia, EPK Kids Smart, es solo uno de los conflictos que se han gestado entre licenciatario y casa matriz en los últimos dos años.

El caso del Grupo Uribe con Punto Fa por la representación de Mango fue uno de los más icónicos. Todo en inició en 2015, cuando se conoció que la empresa española, Punto Fa, estaría buscando a un nuevo franquiciante para su operación en Colombia, la cual estaba en poder del Grupo Uribe, desde 2004, año en que aterrizó Mango en el mercado local.

Con esta jugada, la multinacional buscaba pasar Mango a manos del panameño Grupo Wisa, quienes eran dueños de La Riviera, Benetton y Bebe en su momento. Esta decisión fue considerada como “competencia desleal” por parte del Grupo Uribe, lo cual causó el cierre de tiendas por un tiempo.

La historia dio un giro cuando el Grupo Wisa, propiedad de Abdul Waked, apareció en la Lista Clinton por lavado de activos, a inicios de 2016. Debido a esto, Punto Fa rompió esa relación comercial y buscó otro socio local por un tiempo, pero volvió a acudir al Grupo Uribe, en julio del mismo año.

Los líos del Grupo Wisa también le pasaron factura a la marca británica Jimmy Choo. En 2015, esta marca de calzado de lujo ingresó al país de la mano del conglomerado panameño. Su desembarco fue en el centro comercial El Retiro en Bogotá, en un local de 140 metros cuadrados, con una oferta para hombres y mujeres de calzado y accesorios.

Tras la aparición del Grupo Wisa en la Lista Clinton, el negocio de Jimmy Choo tambaleó pero logró mantenerse en el país. Ahora, la empresa es propiedad de Michael Kors, y es el as bajo la manga para dominar más el mercado de lujo.
En el caso Havaianas, la competencia desleal también es un dolor de cabeza. La Corporación Sanda denunció a la multinacional brasileña Alpargatas por incurrir en actos de mala fe, explotación de la reputación ajena y desviación de la clientela.

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De acuerdo con Simón Cohen, director de Corporación Sanda, la matriz brasileña lo designó distribuidor de la marca Havaianas en 2015, con el compromiso de que comprara un stock obsoleto de su antecesor. Las grandes expectativas del negocio hicieron que Sanda aceptara el acuerdo, y una vez tomó las riendas de la marca, las ventas aumentaron 50% frente a años anteriores.

Pero luego de un tiempo, Alpargatas dejó de despachar mercancía a Colombia, y luego, sin informar, ingresó al país para evaluar el mercado y tomar la posesión del negocio. De esta forma, la brasileña finalizó el contrato de forma abrupta.

Para Luis Ustáriz, socio de Ustáriz & Abogados, estos problemas relacionados con competencia desleal podrían producirse por “la falta de claridad en el marco contractual de las relaciones que se plantean con el licenciatario”.
Esto sucede a pesar de que, a su juicio, existen las medidas legales para proteger a las empresas, y la Superintendencia de Industria y Comercio supervisa y goza de la facultad para preservar las licencias y marcas.

El caso Hyundai se volvió referencia entre los pleitos

En el sector automotor, el caso de Hyundai ha sido quizás el más complejo. Todo inició el 15 de septiembre de 2015, cuando Hyundai Motor Company, la casa matriz surcoreana de la marca, le informó a Carlos Mattos, presidente de Hyundai Colombia Automotriz, que no renovaría su contrato, luego de haber logrado posicionar la marca. En su lugar, Neocorp quedaría encargado de la distribución en Colombia. La pelea duró hasta noviembre de 2016, cuando Neocorp y Mattos llegaron a un acuerdo para cancelar el contrato.