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Los resultados los arrojó una encuesta realizada a más de 1.000 empresarios en nueve departamentos
A pesar de que se han aumentado las opciones de fuentes de financiación en los últimos años, los empresarios siguen viendo esta variable como la principal barrera para aumentar la productividad de sus compañías.
Esto se evidenció en los datos entregados por el primer Observatorio de Articulación para la Competitividad Empresarial realizado por Confecámaras, y dado a conocer durante el Congreso ‘Detonantes del crecimiento económico’ de la Asociación en Cartagena.
Este informe, que sirvió como un abrebocas para mostrar la realidad de lo que buscan los empresarios para tener mayor productividad, fue realizado por el gremio con el objetivo de aportar al diseño, implementación y al seguimiento de políticas y programas de desarrollo empresarial.
Julián Domínguez, presidente de Confecámaras, afirmó que “si queremos un país que crezca sus producto al 6%, sin duda el enfoque de trabajar con las empresas y llegar a ellas con programas articulados, es fundamental. Por lo tanto, desde las cámaras de comercio creemos que, la idea de que la microeconomía es el impacto a los negocios y las empresas, es lo que produce verdaderos resultados”.
Pero ¿cuáles son esos aspectos que las empresas afirman son absolutamente necesarias, e importantes, para tener una mayor productividad? La encuesta, que fue realizada a más de 1.000 empresarios en nueve departamentos, demostró que la financiación es la primera preocupación de aquellos que tienen o manejan una empresa.
Son 15,6% de los empresarios los que ven la financiación como una de las falencias para lograr crecer y especifican que es importante para el capital de trabajo y la adquisición o modernización de activos fijos.
Domínguez al respecto afirmó que “el tema de los fondos es muy importante y el tema de la democracia, institucionalidad y estabilidad es clave a su vez para que los fondos y la inversión lleguen”.
Entonces, ¿qué deben hacer las entidades financieras para cerrar esta brecha entre empresas y financiamiento? Alfredo Barragán, experto en banca de la Universidad de Los Andes, explicó que “los bancos deberían considerar colocarse el “traje de buzo” y meterse más con los empresarios para co-crear”.
Otra de las preocupaciones es la formación de capital humano, que según el estudio es la segunda demanda con 12,6%. En este punto son varios los empresarios que han explicado que las universidades no están enseñando lo que requieren las compañías y se habla especialmente de un déficit de profesionales en las áreas de tecnología.
Otro de los aspectos que siguen en la lista son clústers y encadenamientos y transferencia de conocimiento y tecnología con 11,5% cada uno; 10,5% emprendimiento y 10% ve la innovación como una parte vital para su proyección empresarial.
Ahora, entre los factores que son de menor importancia para los empresarios están los líos del comercio exterior con 4,3%. A este le siguen calidad con 5,4%; investigación 8,6% y acceso al mercado interno con 9,9%.
“Si queremos un país que crezca su PIB al 6%, que es la meta, sin duda el enfoque es trabajar con las empresas y llegar a ellas con programas articulados”.
Otro de los datos que se resaltó a raíz de la presentación del estudio fue el del apoyo a la formalización por parte de las cámaras. Durante el primer trimestre de 2019, se han atendido 122.428 empresas y específicamente en fortalecimiento empresarial ya son 24.810.
Respecto a acciones de apoyo a la aceleración y escalamiento de emprendimientos son 18.063 empresas beneficiadas; con nuevas fuentes de crecimiento son 9.007; ayudas para internacionalización 4.481 y productividad 4.012.
Para finalizar, María José Vengoechea, presidente de la Junta directiva de Confecámaras, ratificó la importancia del acompañamiento de Confecámaras, que ha permitido que 270.000 empresas hayan tenido acompañamiento para su crecimiento en 2019.
El tema laboral es un gran impedimento
Según los comentarios de Roberto Steiner, nombrado codirector del Banco de la República, “desde Fedesarrollo hicimos un estudio de alianzas entre empresas y pequeños productores para ir más allá de contactos de suministro (...) y hallamos que cuando se va a preguntar sobre el tema laboral hay un desastre. No podemos tener normas laborales para un mercado que ya no existe, el mercado laboral es distinto y esto es mayor en el campo. Esto lleva a reflexionar sobre salarios mínimos por regiones, por tipo de actividad y son ese tipo de cuestiones las que deberíamos discutir”.
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