Situación de industria latinoamericana frente a las tendencias de orden global y regional

Durante la primera jornada del Alacero Summit 2025 se tuvo ‘La industria latinoamericana frente al nuevo orden global y regional’, panel que contó con la participación de diferentes voceros: Philip Bell de Steel Manufactures Association (EE.UU.), Marcela Mejía de la Cámara de Acero de la Andi, Armando Monteiro de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil, Salvador Quesada de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero de México y Martín Rappallini de la Unión Industrial Argentina.

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En este, se dio a conocer la situación en la que se encuentra cada país y las perspectivas que se tienen frente a los desafíos a los que se enfrenta la cadena de valor. Mejía comentó que Colombia ha tenido algunos años difíciles, pues “han sido años marcados por una muy baja demanda en un escenario de precios artificialmente bajos como consecuencia de las importaciones de Rusia, de China, de Turquía y con el agravante de que hemos tenido un importante incremento en los costos tanto logísticos como los costos de los energéticos”.

Esto en una industria que había logrado recuperarse de la pandemia, pero que actualmente es uno de los sectores que impulsa el decrecimiento del PIB. Mejía afirmó que “el PIB de la construcción es uno es el PIB que más decrece en los últimos años”, que se relaciona de amplia manera con la terminación de subsidios de vivienda de interés social y prioritario.

También comentó que “este año vamos a cerrar por encima de 5% de inflación, que está muy distanciado de la tasa neta del Banco de la República, que es 3%”. Por lo que la inversión en infraestructura y obras civiles es baja, además de que se ha producido la desincentivación de quienes buscaban invertir en vivienda.

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“Es imposible no hablar de China y no hablar de la consecuencia que tienen las importaciones de China en todos nuestros países, pero para Colombia además hemos tenido algo que nunca había pasado en la historia de Colombia y es que nunca había entrado a ser importador de Rusia”, comentó, añadiendo que ambos países llegan a competir con precios de competencia desleal.

En lo que respecta a México, se está viviendo un entorno global, una dinámica compleja con respecto, especialmente, a EE.UU. Sin embargo, esto no quiere decir que la industria se haya estancado, pues Quesada afirmó que “estamos creciendo, a una tasa baja, pero creciendo”.

Bajo esta visión, el país intenta tomar políticas regionales para proteger a la industria nacional, poniendo en marcha un plan de sustitución de las importaciones de China, “poniendo tarifas bastantes similares a las establecidas por EE.UU. y Canadá”.

Rappallini inició su intervención comentando que “Argentina hace 15 años no crece, no genera empleo”, a la vez que “duplicamos el gasto público y tuvimos una inflación altísima”. Además, están viviendo una contracción en la economía, con la que la producción industrial cayó 10% con respecto a 2023.

Es un “proceso de transición en el cual el empresariado quiere esta nueva etapa, pero seguimos conviviendo con todas las distorsiones del pasado: altos impuestos y rigidez laboral”.

Para 2026, Rappallini afirmó que la tasa de interés subió casi a 75%, y que para el próximo año “estamos con expectativa de poder hacer reformas estructurales en nuestro país que modifiquen el costo”. Agregó que tienen “problemas logísticos, problemas laborales, problemas de formación técnica, impositivos”. Por tanto, el foco del país es reactivar la economía, bajando el costo y trabajando en un cambio cultural.

Por otro lado, y como único representante por fuera de América Latina, Bell afirmó que la industria estadounidense es estable, e incluso ha presentado crecimiento durante el año. “Se estima que la producción de acero de EE.UU. aumentó 2% interanual durante el primer semestre de 2025, y la producción también creció 1%”, pero trabaja a una capacidad de 77% o 78%, lo que es menor que la capacidad óptima, que sería de 85%.

Pero esto no quiere decir que sus dinámicas comerciales tengan el mismo comportamiento. Aunque las importaciones se redujeron cerca de 5,2%, las exportaciones también cayeron 16,4%. Aun así, logra ser un mercado estable, que para Bell “el mercado estadounidense está funcionando relativamente bien gracias a las políticas comerciales de Trump, las cuales cuentan con el apoyo de la mayoría de las industrias”.