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Desde el último piso de uno de los 70 edificios californianos de Cisco, en el corazón de Silicon Valley, el presidente de la firma John Chambers dio dos órdenes. La primera, que hay que conectar todo. Y la segunda, que hay que duplicar las inversiones en Latinoamérica.
La gigante especializada en redes se la está jugando por lo que sugiere ser el futuro de las conexiones y que ha optado en llamar ‘el internet de las cosas’. De acuerdo con Rob Lloyd, Presidente de Ventas y Desarrollo, “el 99% de las cosas que hay en la tierra no están conectadas y por eso el mensaje es conectar a los desconectados”.
Los desarrollos en los que trabaja Cisco apuntan a que desde una pantalla se puedan accionar desde los objetos de una casa. “Imaginemos una ciudad llena de miles de sensores que detectan todo: incidencias, sonidos, movimientos, con un centro de datos que interpreta esa información y acciona cosas concretas en diferentes áreas como la educación, la seguridad, la salud o el transporte -explica Jordi Botifoll, presidente de Cisco para Latinoamérica-. Ese es el futuro: las ciudades inteligentes”.
Conseguir que todo se conecte, según las investigaciones de Cisco, traería una rentabilidad calculada en US$14,5 billones en una década, astronómica cifra apenas comparable con el PIB de los Estados Unidos que el año pasado fue de US$15 billones.
La implementación de conectar las cosas, de acuerdo con Felipe Lamus, jefe de relaciones públicas para Latinoamérica, “se traduce en eficiencia y productividad. Es la tecnología al alcance de todos sin necesidad de pagar costos desorbitantes. Uso mucho pago mucho, uso poquito pago poquito.”
Potencial para Latinoamérica
Aunque los grandes beneficiados de estos desarrollos son -inicialmente- los consumidores de los países desarrollados, el papel de Latinoamérica puede ser fundamental. “Muchos de estos servicios de monitoreo se pueden hacer remotamente a través de la nube y lo pueden prestar pequeños países”, indica Botifoll, para quien el potencial hoy en día no lo determina la geografía sino la innovación. “Costa Rica puede ofrecer servicios para toda la región. Solo necesita estar conectada”, dice.
De allí que la importancia de América Latina, región que representa el 6% en las ventas globales de Cisco, haya cobrado relevancia en los planes de la firma, que duplicará su inversión cercana a los US$500 millones en el continente en 3 años. Países como Colombia, Perú, Chile, México y Brasil están en la mira de la multinacional, pero esperan que se aproveche el buen momento económico en construcción de infraestructura.
“Latinoamérica no puede cometer el error de España que cuando tuvo bonanza económica no hizo inversiones para eliminar las brechas de innovación y competitividad”, comentó Botifoll.
Colombia, en la mira de la multinacional
De acuerdo con Jordi Botifoll, presidente de Cisco para los países de América Latina, las posibilidades de crecimiento en Colombia son muy altas pues “su tamaño le permite ser flexible y tomar decisiones rápidas que impacten de manera más efectiva a sus ciudadanos”. Actualmente Cisco cuenta con 114 academias en el país con el objetivo de preparar personal calificado en redes. “En los últimos 10 años ha cambiado para mejor en todos los aspectos. Es uno de los países estratégicos y por su tamaño es muy fácil hacer cambios”, concluye Botifoll.
La opinión
Jordi Botifoll
Presidente de Cisco Latam
“Las posibilidades de América Latina son muy altas. Hay que asegurarse de tener una infraestructura de redes robusta”.
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