Se cuentan con $4,8 billones para ampliar la conectividad vial en la Sabana de Bogotá

La consecución de las obras perimetrales del norte de Bogotá dio otro importante paso luego que el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, radicara ante la CAR el borrador de resolución para la ampliación de la vía Suba-Cota a partir del cerro de la Conejera.

El proyecto, que fue impulsado en el Concejo de Bogotá ya cuenta con recursos por $1,2 billones y se espera que en el segundo semestre de este año se inicie la adquisición de predios luego que la CAR apruebe el diagnóstico de alternativas ambientales. La administración distrital espera que las obras inicien en el segundo semestre de 2027, tome cuatro en años en finalizarse y beneficie a cerca de 1,3 millones de personas.

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Esta ampliación hace parte de un plan de mejoramiento vial que lidera el IDU en el norte de la capital del país. La segunda de ellas es la ampliación de la Carrera Séptima, desde la calle 200 hasta la calle 245. El proyecto cuenta con una inversión de $1,3 billones y beneficiará a dos millones de personas de las localidades de Usaquén, Suba y a municipios vecinos como Chía y Sopó.

También se incluye a la ampliación de la Autopista Norte, que pasaría de tener tres carriles por sentido, a cinco, desde la calle 192 a la 245 gracias a una inversión de $2,3 billones. Se espera que los dos últimos proyectos mencionados se entreguen en 2029.

Sin embargo, los avances de estos proyectos se da en medio de la vía libre que le dio el Consejo de Estado al Ministerio de Ambiente sobre los lineamientos de ordenamiento ambiental, que, en pocas palabras, regularán la expansión urbanística de la capital del país, en armonía con la conservación de cuerpos acuíferos, fauna y bosques de la sabana de Bogotá.

Stalin Rojas, director del observatorio de logística y transporte de la Universidad Nacional, considera que ni el diseño ni la consecución de estos proyectos debería verse afectado con los nuevos lineamientos.

“Lo que implican los lineamientos ambientales sobre los usos del suelo o destinaciones, es que colocan barreras a la expansión urbanística, es decir, dificulta la urbanización en estas zonas”, dijo Rojas.

Darío Hidalgo, experto en movilidad, apuntó que estas obras se convertirán en las primeras en desarrollarse bajo este modelo, pero que para que esto se concrete, los proyectos deberán contar con los estudios de impacto ambiental y mitigación de riesgos, derivados de las actividades de construcción.

“No se trata de hacerlo o no, se trata de hacerlo bien. Se debe preservar el tránsito de especies y el cuidado de los humedales”, agregó Hidalgo.

Autonorte, sin la licencia

Cabe aclarar que aunque el proyecto de ampliación de la Autopista Norte cuenta con los recursos para su construcción y se encuentre en la etapa previa al inicio de las obras, no cuenta con la licencia ambiental por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla.

“Sabemos que la concesionaria es consciente de la importancia de realizar diseños que concilien el desarrollo de la infraestructura vial con el ordenamiento del territorio a partir del agua. Durante este plazo, esperamos que se resuelvan de manera integral todos los requerimientos de fondo realizados por esta Autoridad y se atiendan las consideraciones del Ministerio de Ambiente”, afirmó Irene Vélez Torres, directora de la Anla.

El distrito ya volvió a presentar los estudios y están a la espera del concepto final por parte de la Anla.