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Tras unos meses de consenso sobre el rumbo de la política monetaria, la Junta Directiva del Banco de la República enfrenta una división. Un menor crecimiento de la economía y una inflación baja y estable son las razones que están empujando una reducción en la tasa de interés.
El pasado 30 de agosto, durante su octava reunión, la Junta decidió mantener en 3,25% su principal herramienta de política monetaria. Luego de dejarla desde marzo en ese nivel, por decisión unánime, el Banco Central anunció que no descartaba reducciones en la tasa.
Las minutas de dicha reunión explican las razones por las que algunos miembros consideran que debe recortarse. La primera: los riesgos a la baja de las proyecciones de crecimiento económico se han incrementado.
“El crecimiento agregado de los socios comerciales de Colombia probablemente será menor que el valor observado en 2012 y algo similar se espera para los términos de intercambio”.
A esto se suma que no se prevé que la demanda interna contribuya a “un cierre de la brecha del producto en el horizonte de política”.
La segunda tiene que ver con la inflación. En los últimos 12 meses la variación acumulada a agosto fue 2,27%, por debajo de 3%, la meta del Emisor. Según la encuesta del Banco Central, la inflación esperada a diciembre de este año se mantuvo en 2,6% mientras que la de 12 meses se volvió a situar en 3,1%.
Sin riesgos importantes de que se sobrepase la meta del 3% y con un horizonte más difícil para la economía, este grupo de miembros empieza a pujar por un recorte, es decir, una política monetaria aún más expansiva que le dé un impulso al país.
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Entre las razones que dieron se encuentra la dinámica de la inflación anual durante el año, la cual se espera que cierre en niveles similares a 2024
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