La venta de los futbolistas al exterior aumenta la desigualdad según investigación

¿Puede el fútbol incentivar la creación de pobreza? ¿Es el deporte un promotor de desigualdad? Esas quizás fueron dos de las preguntas que se hicieron los investigadores Nicolás Valbuena, Alejandro Gregory y el exministro de Salud y hoy rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, quienes en su más reciente estudio ‘Globalización y desigualdad: el caso del fútbol internacional’, dan muestra de cómo el deporte rey ha impulsado, a lo largo de las últimas dos décadas, la desigualdad, la creciente migración y la concentración de talento.

En el documento, de 24 páginas, los autores exponen varios argumentos y llegan, entre otras cosas, a una sola conclusión: la venta de futbolistas al exterior aumenta la desigualdad. Bajo esta óptica, señalan que mientras Pelé alcanzó la gloria del fútbol en Brasil, con la obtención de un Mundial y decenas de títulos en su país; Messi, por el contrario, migró a España, un lugar donde, según dicen, se concentra gran parte del talento mundial y en el cual ya hay consolidadas multinacionales deportivas como en Inglaterra, Alemania e Italia.

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Pero ¿cuál es la diferencia en los dos jugadores y su influencia en la desigualdad? De acuerdo con el informe, este cambio de tendencia (de Pelé a Messi) ha generado una creciente desigualdad entre las ligas de un país y otro, un aumento en la brecha salarial entre los eventos locales e internacionales y un “desproporcionado” contraste entre las superestrellas y los demás jugadores.

Las tres hipótesis anteriores se cumplen al argumentar que las grandes ligas europeas (España, Inglaterra, Alemania e Italia) son las que concentran el talento global, las que poseen las multinacionales del fútbol y las que han generado que cada vez más haya una dominancia competitiva y económica. Una situación que genera que “los mejores jueguen en las ligas europeas”, y que “las ligas locales se transformen en escenarios de retiro”, que, según añaden, genera bajos réditos económicos pues no presentan buenos indicadores financieros.

“Ante todas estas circunstancias pueden pasar dos cosas: O se revienta una burbuja en las grandes ligas y todo se vuelve a equiparar a nivel global, o las ligas del resto del mundo tenderán a desaparecer en favor de unas ligas continentales que puedan ser más competitivas y rentables”, señaló el periodista deportivo y columnista, Antonio Casale.

En conclusión, señala el documento, “la globalización ha traído consigo una concentración del talento, que ha ocasionado, a su vez, una doble desigualdad: una desigualdad entre ligas”, y una desigualdad al interior de cada uno de los países, en donde hay solo unos cuantos que dominan el mercado, la televisión, la boletería y los buenos jugadores.

Pese al ejemplo disiente con el fútbol, el artículo académico sugiere la existencia de fenómenos similares en otras industrias globales, en las que, de acuerdo con ellos, se presenta el fenómeno del “ganador que lo toma todo”.