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Cada día que pasa, las áreas afectadas por la pudrición de cogollo, PC, enfermedad letal en la palma aceitera, son menos productivas.
Al tenerse menos fruto, por ende, se reduce la utilización de mano de obra.
Pero en Puerto Wilches (Santander) y Cantagallo (sur de Bolívar), la incidencia de esa enfermedad en el recorte de empleo es una situación más que preocupante.
De acuerdo con la Federación Nacional de Cultivadores de Palma Aceitera, Fedepalma, por PC ya se perdieron 9.500 puestos entre empleos directos e indirectos en la zonas afectadas de Santander y del sur de Bolívar.
La cifra fue dada a conocer durante la reunión gremial de la Zona Central, que se cumplió en el Hotel Dann Carlton.
De acuerdo con Gabriel Martínez Peláez, director de Asuntos Institucionales de Indupalma, las cifras son muy dicientes en Santander: faltan por erradicar 24.000 hectáreas, por renovar 30.000 hectáreas y se tienen 36.000 hectáreas afectadas por la enfermedad.
Y como si fuera poco, la PC, literalmente, “galopa” hacia el sur del Cesar, donde están las plantaciones más importantes del país en cuanto a producción y productividad, las cuales abarcan aproximadamente 45 mil hectáreas entre áreas propias de las empresas y las de cultivos de los asociados.
Para el directivo “es una situación muy crítica debido a que no se ha podido bajar el inóculo de la enfermedad”; es decir, la PC esta ‘vivita y coleando’ en esa zona de Santander.
Lo grave es que los programas son muy lentos, frente a la agresividad de la enfermedad.
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