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En el nuevo mandato del líder venezolano la relación bilateral continuará abierta por medio del encargado de negocios de cada país.
La imagen de miles de migrantes venezolanos que todos días cruzan el paso del Puente Internacional Simón Bolívar en Cúcuta, con el objetivo de ingresar a Colombia, se ha convertido en uno de los símbolos de la crisis venezolana. Según cifras del Banco Mundial, se estima que desde 2015 aproximadamente 1,23 millones de personas han ingresado a Colombia desde Venezuela con intención de permanencía, incluyendo colombianos retornados y migrantes regulares e irregulares.
Al ser Colombia el primer destino de los migrantes de ese país, ha sido el principal encargado de mitigar la crisis, al punto que las turbulencias políticas y económicas de la era de Nicolás Maduro también se han sentido en otros ámbitos. Desde 2013 la relación comercial entre Colombia y Venezuela ha sufrido una constante reducción, pues las exportaciones se han contraído 87,8% y las importaciones 74,5%.
Mientras que en 2013 Colombia exportó US$2.255,82 millones a Venezuela, a octubre de 2018 el saldo solo llegaba a US$275,59 millones, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Los principales productos que componen la canasta exportadora hacia esa nación son combustibles y aceites minerales, materias plásticas y manufacturas, azúcares y artículos de confitería, papel y cartón y productos farmacéuticos.
Aunque el volumen de importaciones de Colombia provenientes de Venezuela es menor, dado que la balanza comercial es superavitaria para nuestro país, estas también se han visto afectadas. En el primer año de la presidencia de Maduro el país importó US$409,77 millones en productos venezolanos, cinco años después las compras a este país solo llegan a US$104,39 millones.
En esta actividad comercial los productos que predominan continúan siendo los abonos minerales o químicos nitrogenados, el Cloruro de polivinilo (PVC) y aluminio y sus aleaciones labradas.
“La lógica de Venezuela de cerrarse a occidente, al sistema comercial de libre mercado, ha sido muy fuerte”, asegura Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, quien explica que el comercio entre los dos países prácticamente se está desmontando desde la época de Hugo Chávez y que la actividad económica entre Colombia y Venezuela cada vez se ve más reducida, acrecentada también por la crisis humanitaria.
Para el investigador, existe una gran desconfianza de parte de la industria colombiana hacia Venezuela, su economía y su capacidad de pago, lo que dificulta los negocios con este país. “Con el Gobierno de Nicolás Maduro la concentración en la capacidad productiva y de distribución de alimentos, sobre todo en manos del Estado, generó que ya no hubiese la posibilidad para que importadores privados pudiesen hacer esa labor”, explica Rodríguez.
Desde la Cancillería, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, mencionó esta semana que si bien Colombia como miembro del Grupo de Lima no reconocerá este nuevo mandato de Nicolás Maduro, las relaciones comerciales con Venezuela continuarán abiertas por medio del encargado de negocios de Caracas y de Bogotá, como se ha venido haciendo en los últimos años.
Sin embargo, Rodríguez asegura que, dadas las condiciones diplomáticas en este país, “la capacidad de maniobra que tienen estos funcionarios en Venezuela es muy limitada”. De acuerdo con el analista, aunque todavía hay presencia de empresas colombianas en este país, cada vez es menor, e incluso “muchas de estas empresas están funcionando más por lógicas políticas que económicas, donde se obtenga alguna ganancia”.
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