Cinco efectos del cierre de vías en Bogotá y Medellín

En Bogotá se cerraron arterias principales como la Calle 26 entre la Avenida 50 y Caracas, la Carrera 50 y el bloqueo del paso entre las calles 26 y 63 por movilizaciones como la Marcha por la Paz, que se llevó a cabo ayer. En Medellín está la prohibición de paso vehicular en dos carriles de la Autopista Sur debido al adelanto de las obras en Parques del Río, sumado al cierre tramos entre la Carrera 52. Cada vez más se disminuye la velocidad promedio a la que se movilizan los carros en estas dos ciudades.  Mientras que la movilidad promedio en la capital del país es de aproximadamente 24 kilómetros por hora, la movilidad promedio en Medellín es de aproximadamente 26 kilómetros por ahora.  

De acuerdo a un estudio contratado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), un colombiano promedio puede pasar 20 días al año en un bus a causa de los trancones, es decir que gasta en promedio 480 horas al año debido a la poca movilidad que se presenta en las ciudades.  

Estas dificultades en la movilidad de las ciudades afecta la competitividad de las ciudades, ya que generan un aumento en el costo de los transportes logísticos a causa de los desvíos que tienen que realizar los camiones que transportan mercancía, así como el aumento en los costos de la gasolina.    

En palabras del director Observatorio de logística y  movilidad del CID de la Universidad Nacional, José Stalin Rojas, en ciudades como Bogotá se gasta más gasolina en el recorrido por las vías de lo que se puede gastar en el trayecto en las vías nacionales. 

Y es que todo esto genera una reacción en cadena. Según la explicación de los expertos, uno de los efectos que también tienen las ciudades es el incremento en el costo del comercio en estas ciudades. “El cierre de vías, más la restricción del horario por el cual transitan los transportadores hacen que haya un aumento en los costos de distribución de mercancías afectando los precios de los productos que se reparten en las ciudades”, afirma Rojas. 

Además, la calidad de vida de los ciudadanos también se ve afectada por el tiempo que tienen que pasar en los trancones, pues deben sacrificar el tiempo que tienen destinado a sus actividades de ocio y al tiempo que pasan en familia.  

A esto se le suma el dinero que gastan las personas en las tarifas de transporte público. De acuerdo a Rojas, en Bogotá una persona puede pasar casi 10 horas a la semana encerrado en un automóvil.  

Lo anterior además va de la mano con los gastos a corto plazo que tienen que hacer los ciudadanos por sus obligaciones. La posibilidad de perder una entrevista de trabajo, una cita laborar o un vuelo hacen que las personas gasten en taxis, por la posibilidad de poder llegar más rápido. 

La explicación que da el docente de estrategia de la Universidad Nacional, Carlos Rodríguez es que “el hecho de coger taxis hace que el bolsillo de la gente se vea afectado, pues lo que se destina en este tipo de transportes inmediatos es mucho más costoso que el pasaje de un bus. Los costos se ven reflejados en todas las actividades que el individuo tiene que realizar adicionales”. 

En el caso de la pérdida de vuelos las aerolíneas cobran una multa para que el pasajero pueda viajar en el siguiente vuelo.    

El analista en temas de RSE, Juan Fernando Petterson, manifiesta que la falta de movilidad sostenible en las ciudades “se traduce en mayores tiempos de desplazamiento, lo cual genera una falta de aprovechamiento para las actividades personales como deporte, cultura, ocio y tiempo en familia”. 

En el aspecto empresarial se ve afectada la productividad de las compañías, ya que como asevera Rodríguez, el problema de movilidad se reduce a el trabajador no llegará a producir a 100%. “El trabajador llega cansado y estresado y  por esto productividad laboral se va a reducir. Por esto, la organización se va a ver afectada con sus clientes, proveedores y productores”.  

La percepción de los ciudadanos de la movilidad
Las horas que las personas se gastan en un trancón al día se ven reflejadas en la percepción que tienen los ciudadanos sobre la movilidad de su ciudad. En Bogotá, de acuerdo a la encuesta ‘Bogotá Cómo Vamos’ 2014, 68% de los encuestados afirmaron que se demoraron más tiempo en el trayecto entre sus casa y lugar de trabajo con respecto a 2013. Por su parte, en Medellín, 46% de las personas encuestadas en el análisis de ‘Medellín Cómo Vamos’ aseguran que los tiempos en los desplazamientos de la ciudad aumentaron con respecto a 2013. 

Las opiniones

José Stalin Rojas 
Dir. Observatorio Logística y Movilidad U. Nacional 
“El cierre de vías más la restricción del horario porel cual pueden transitar los transportadores hacen que haya un aumento en loscostos de distribución”.

Juan Fernando Petersson 
Analista de RSE 
“Si una ciudad no tiene dentro de sus proyectos y estrategias el enfoque de una movilidad sostenible, la calidad de vida de las personas se va a ver afectada cada vez más”.