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En la región de los Llanos, 295.261 fueron las hectáreas sembradas de arroz, al cierre del primer semestre de 2025.
Los reportes de Fedearroz muestran que en febrero se alcanzó una referencia máxima de $1,92 millones por tonelada, mientras que en junio el precio estuvo en $1,43 millones
El paro arrocero deja en evidencia que el sector atraviesa una crisis, porque cada vez hay mayor oferta, lo que se traduce en menos precios para los industriales, y por ende ganancias inferiores para los productores. En contraste, aumentan las áreas sembradas, de hecho este cultivo es el más grande del país, por lo que se puede inferir que es una siembra muy eficiente pero actualmente es un mal negocio.
Según las evaluaciones agropecuarias municipales publicadas por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, Upra, en 2024 el área cultivada de arroz fue de 718.733 hectáreas, que significa un aumento de 32.050 hectáreas en comparación con los terrenos registrados en 2023, siendo la siembra que más creció en el año anterior.
Desde la perspectiva de producción y rendimiento, en 2024 se cosecharon 3,71 millones de toneladas, una reducción de 1,8% en comparación con el balance de 2023, cuando se recogieron 3,78 millones de toneladas. Es decir, hay más áreas sembradas, pero una menor recolección.

El otro punto importante es el rendimiento, tomando en cuenta las toneladas sobre las hectáreas, este indicador en 2024 fue de 5,57, que si se compara con el de 2023 tiene una variación negativa de 0,9%, es decir que en el último año el cultivo fue menos eficiente.
De hecho, el más reciente reporte de la encuesta de arroz mecanizado, que compila el área sembrada de la zona arrocera de los Llanos, con corte al primer semestre de 2025, revela que la siembra se extiende a 295.261 hectáreas, siendo Casanare el departamento con más área trabajada de la región con 216.847 hectáreas.
En segundo lugar aparece Meta con 59.145 hectáreas, tercero aparece Arauca con 18.016 hectáreas y Cundinamarca con 653 hectáreas.
Por municipios, Paz de Ariporo, en Casanare, tiene 38.070 hectáreas, seguido por San Luis de Palenque con 34.018 hectáreas y en tercer lugar aparece Maní con 28.010 hectáreas.
Con estas variables se puede decir que los productores están trabajando más, pero ganando menos, y esto le pone presiones a los campesinos, pues más áreas sembradas podría traducirse en mayor producción, a pesar que en el último año esto no se esté dando, y a su vez deja como resultado una mayor oferta, que por ende se traduce en una caída de precios.
Si bien la producción también ha caído, la cosecha sigue estando por encima de la demanda, o al menos es lo que se demuestra con los precios.
El reporte de precios de paddy verde de Fedearroz revela que la tonelada de arroz en febrero de 2023 llegó a $1.985.000 siendo la referencia más alta de los últimos cuatro años. Al cierre de junio de este año, el precio cayó a $1.431.429, es decir una reducción de 27,8%, que impacta directamente al productor, que en los últimos dos años han perdido $553.571 por carga.
Con este panorama se puede inferir que cada vez el negocio tiene menos rentabilidad, lo que tiene a los arroceros en paro, pidiendo una intervención por parte del Gobierno, para ponerle un piso a los precios del paddy verde, o que les otorguen subsidios que les ayuden a impulsar la producción.
Entre las soluciones está impulsar las exportaciones, y ampliar la cobertura de los distritos de riego para distribuir mejor la cosecha a lo largo del año, no como ocurre actualmente.
El lunes 14 de julio empezaron los bloqueos de los arroceros en varios departamentos, impactando principalmente la movilidad vial. Tolima, Huila, Córdoba, Meta, Casanare, Arauca, Sucre, Cesar y Santander han registrado manifestaciones y aglomeraciones de los productores, quienes piden un diálogo directo con el Gobierno para encontrar una solución definitiva.
El Ministerio de Agricultura publicó un borrador de resolución, en el que proponen la “libertad regulada” del paddy verde, que busca fijar un precio mínimo por departamentos, para aliviar las pérdidas por la caída de los precios.
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