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La tendencia de los Room Service está cambiando
Los hoteles ofrecen nuevos servicios en sus bares a fin de mantener a los clientes interesados y al mismo tiempo incrementar sus márgenes favorables de alimentos y bebidas.
Un ejemplo son los servicios de cócteles en la habitación. Si bien las cenas en la habitación cayeron un 3% entre 2016 y 2017, según la firma de información hotelera STR, los hoteles se dieron cuenta de que los martinis en lugar de las hamburguesas son justo lo que los viajeros quieren ver al abrir la puerta. En algunos casos ello significa enviar un camarero para atender en persona; en otros, se busca que el minibar de una habitación parezca el bar de una casa.
Considere esto una evolución del servicio de hoteles de lujo. Después de todo, ¿para qué bajar al bar cuando las bebidas pueden venir a usted?
The Darcy, Washington
Llame al "mayordomo de los cócteles" en este moderno hotel de mediados de siglo situado cerca de Dupont Circle y un especialista dedicará 30 minutos a personalizar las bebidas exclusivas del lugar en su habitación. Puede pedir un Doble Darcy, que combina agua de soda, cerveza de jengibre y gin Green Hat con una variedad de vinagres de origen local, o un Llamado de la Sirena, que ofrece giros de temporada a la mezcla de vodka y Prosecco.
¿Cuáles son los detalles? Se debe reservar con 48 horas de anticipación, lo que significa que sus ganas de cócteles no se pueden satisfacer a pedido, y el mayordomo se irá después de la segunda ronda a servir a otra persona. Las bebidas cuestan US$17 más un cobro de servicio de US$50 y están disponibles todas las noches de 4:30 p.m. a 9:30 p.m.
Hotel Godfrey, Boston
Los domingos por la mañana, de 10:00 a.m. a 1:00 p.m., los huéspedes pueden llamar al bar en este hotel minimalista y de buen gusto y solicitar el carro de los Bloody Mary, una apuesta inspirada en la serie Mad Men que incluye vodka, ginebra, tequila o borbón de primera calidad. También se incluye el Bloody Mary de la casa con sus aderezos y complementos favoritos: apio, aceitunas, verduras en escabeche de la temporada, camarones jumbo, hasta tocino glaseado con arce.
Mahogany Bay Resort & Beach Club, Belice
La primera vez que la hotelera Beth Clifford probó un "coctel para vestirse", que como dice el nombre se bebe mientras uno se viste para cenar, fue en la casa de la diseñadora de interiores Amanda Lindroth en Bahamas. Le encantó tanto el concepto que lo llevó a su propio hotel en Belice, cuyo edificio principal (o Great House) fue decorado por Lindroth como una versión contemporánea del diseño colonial británico. Desde sus cabañas blancas, los huéspedes pueden pedir bebidas de US$8 a US$14 como el Old Fashioned al estilo Don Draper, hecho con jarabe de Demerara y ron Don Omario, o un Laguna Spritz con infusión de toronja. Se entregan en un carrito de golf de 4:00 p.m. a 6:30 p.m., con entremeses opcionales y un cobro obligatorio de servicio de 10%. ¿Cuál es el cóctel para vestirse favorito de Clifford? La Abeja Reina, hecho con jugo de sandía, miel local, menta y una pizca de Prosecco.
Pulitzer Amsterdam
Este hotel holandés, parte de Preferred Hotels & Resorts, reabrió sus puertas en agosto de 2016 tras un año y medio de restauración inspirada en las casas de los canales de Ámsterdam en el siglo XVII. El gerente general, Alex van Gastel, ve la adición de carritos de bebidas al estilo de los años 1930 en cada habitación como una extensión de esa estética tradicional. Cada uno tiene un diseño artesanal de madera y contiene tragos con ginebra, batidoras, vasos, herramientas para preparar cócteles y un folleto de recetas. Las bebidas cuestan cerca de US$16 y son perfectas para poner broche de oro a la velada una vez cierra el bar del vestíbulo.
Hotel Bisha Toronto
No debería sorprender que en su primer hotel, el empresario de clubes nocturnos y restaurador Charles Khabouth prestara atención adicional a su servicio de bebidas en la habitación. Desde su apertura el año pasado, el espectacular Hotel Bisha se ha destacado por sus muebles Studio Munge, que incluyen carritos de bar (un recuerdo del glamour retro de Hollywood) llenos de botellas de 375 ml de vodka Belvedere y Kettle One, coñac Hennessy y ginebra Tanqueray. Si un carrito resulta insuficiente, la suite de dos pisos del Bisha tiene uno en la cocina y otro en la habitación del segundo piso. Cualquier cosa que no esté ya disponible, ya sea hielo, cocteleras, jugo fresco o aderezos, se puede enviar a pedido.
Katamama, Bali
Ronald Akili es mejor conocido como el cerebro del club playero más famoso de Bali, Potato Head. Ahora, el alcohol de flujo libre que hizo al club tan exitoso llegó a su primer hotel, Katamama, con un look zen tropical en la elegante playa de Seminyak. Cada habitación tiene un maxibar inspirado en el bar personal de Akili; equipado con un kit de bar personalizado hecho por carpinteros locales y envuelto en telas teñidas a mano. En cuanto a las bebidas, la atención se centra en preparaciones alcohólicas con infusiones de la casa, como vodka de cítricos, ginebra de limoncillo y tequila de hibisco, además de una botella de vidrio de 200 ml de arak de piña, bebida a base de arroz que prepara un destilador local certificado (y cuesta desde US$20). ¿No sabe con qué mezclarlas? Elija uno de los cócteles ya preparados de US$8. Todo lo que debe hacer es agitar, servir y beber.
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Se puede encontrar buñuelos de diferentes tamaños, sabores y ahora, hasta colores. Sus precios varían según la zona de la ciudad