Kimmidoll quiere vender muñecas a mujeres adultas

Las muñecas no son solo para las niñas, de eso es prueba Kimmidoll, la marca australiana de productos de arte y diseño, que llegó al país en 2011.

Inspiradas en la cultura oriental, las muñecas Kimmidoll se presentan como la versión moderna de las tradicionales “Kokeshi”, que los artesanos japoneses tallaban para regalar en señal de salud y de prosperidad.

Por esa razón, cada muñeca representa un valor o un deseo, y está acompañada de una leyenda con su significado, además de que cada una es una pieza de diseño.

Sin embargo, la marca no se enfoca solamente en el mercado infantil, en el que tiene las líneas Kimmidoll y KimmiJR, pues también cuenta desde este año con Kimmidoll Love, dedicada a las adolescentes y mujeres adultas, y, según Diana Rodríguez, vocera de la marca en el país, incluso han encontrado un mercado masculino que quiere regalar a sus hijas estas piezas de colección.

La firma también cuenta con un juego virtual Kimmidoll Junior para iphone y para ipad. Además, el portafolio de Kimmidoll ofrece diferentes productos como collares, pulseras, porta bolsos, esferos, agendas, joyeros, porta celulares, cosmetiqueras, libros de actividades, cartucheras y muchos accesorios más.

De acuerdo con Rodríguez, una característica importante de Kimmidoll es que sólo hay dos colecciones originales en el año, lo que hace que cada muñeca sea única e irrepetible. Por esta razón, los diseños ascienden a 80. El promedio de precio de una muñeca Kimmidoll es $24.000, y según Rodríguez pocos productos superan los $60.000.

Actualmente, la marca, comercializada por Bauhaus, está buscando su propio local, por lo que ubica islas itinerantes en los centros comerciales para tomar su decisión y medir el mercado.

“Nuestra primera experiencia fue en el centro comercial Santafé, luego en Unicentro y ahora en Gran Estación y queremos evaluar cuál es el mercado más favorable y definir cuál es el punto fijo para arrancar. En diciembre de este año vamos a hacer la evaluación de todos los puntos para elegir cual es nuestro lugar definitivo”.

La razón para establecerse en el país con un local fijo es que “el hecho de tener distribuidores implica que no siempre se replica la filosofía de la marca, porque estos almacenes manejan gran variedad en su portafolio, entonces queríamos darle a nuestros empleados toda la capacitación y todos los valores de la marca”.

Para ello, la compañía busca educar y capacitar a su personal, no solo en la parte de la marca, sino cómo llegarle a la gente y que entiendan los valores que están detrás de la marca. Kimmidoll está presente en más de 58 países, su casa matriz empezó a desarrollar su plan de expansión en Europa. En Latinoamérica solo tenía presencia en Chile y Argentina y en Colombia. Bauhaus se interesó por la marca por el énfasis en el diseño y la moda, “vimos que había un interés por invertir en el mercado y por eso lo vimos bastante viable”.