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En una encuesta realizada por la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) a los restaurantes de Bogotá, demostró que 39% de los restaurantes aumentaron sus ventas, pero un porcentaje similar (38%) las disminuyeron o ni siquiera alcanzaron su meta en 2015. Mientras que 23% de estos negocios dijeron que sus ventas permanecieron iguales.
La conclusión a la que llegó la Fenalco es que la inflación de alimentos de 10,85% en 2015 es el principal problema en esta cadena. Por esta razón, el gremio de comerciantes destacó algunas estrategias que habían tomado los restaurantes, como por ejemplo disminuir la cantidad ofrecida, variar los menús con productos que no sean tan costosos, ofrecer productos que estén en cosecha o en últimas subir los precios.
Juan Esteban Orrego, director ejecutivo de Fenalco Bogotá, aseguró que los restaurantes se han visto afectados, pero “se han tenido que valer de todo su ingenio y creatividad para no afectar, o para no trasladar, todos estos costos al consumidor final, por eso puntualmente en algunos sectores cambian algunos productos con otros, por ejemplo la papa, si esta muy cotosa la cambian por yuca”.
Además de los resultados del gremio de comerciantes, LR realizó un sondeo con cinco restaurantes de Bogotá, ubicados en Fontibón, Suba, la Candelaria, Chapinero y Barrios Unidos que evidencia la estrategia usada por los restaurantes.
Por ejemplo en Fontibón, el restaurante Deprisa y Buen Comer subió el precio en la segunda semana de febrero $500 al pasar de $7.000 a $7.500 y su administradora Angy Acevedo dijo que la razón era básicamente por el incremento en los precios, entre ellos los granos, el arroz y algunas verduras.
“Las ganancias en los restaurantes ya no son las mimas de antes. Sostener el precio del almuerzo durante 2015 y este año no fue posible, tuvimos que aumentar varias veces y en algunas ocasiones eso no le gusta al consumidor”, aseguró la administradora.
En el centro, Los Pimientos también tomó esta estrategia en octubre de 2015, al incrementar $1.000 el valor final del almuerzo quedando en $8.000. Según sus administradores, servir menos no es una opción en este negocio, ya que muchas personas pueden estar dispuestas a pagar más por un producto de calidad.
“En el centro hay clientes que siempre van a los mismos restaurantes como secretarias, abogados o funcionarios del Estado, y lo que más les importa es tener un buen almuerzo. También hay restaurantes que ofrecen menos calidad de comida, pero igual han subido de precio”, comentó Carlos Herrera, dueño de Los Pimientos.
San Gourmet, en la localidad de Barrios Unidos, es el tercer ejemplo en la muestra tomada por LR, que prefirió aumentar el precio a bajar su cantidad y calidad. El establecimiento subió su precio final $2.000 durante 2015 y hoy se consigue el plato en $9.000.
Muchos de estos restaurantes manejan la conocida formula de ‘Acpm’ (arroz, carne, papa y maduro), los cuales incrementaron su precio en el último año. El caso del arroz subió más de $400 desde octubre de 2015, según el informe Sistema de Información de Precios y Abastecimiento del Sector Agropecuario (Sipsa) del Dane.
El otro bien del ‘Acpm’ es la carne, el cual incrementó su precio $300, entre octubre de 2015 y la tercera semana de febrero del presente año, al pasar de $9.682 a $9.990
El director ejecutivo de Fenalco Bogotá, aseguró que “el dólar y El Niño han sido otros factores que han afectado el precio final al consumidor”. Pero, la estrategia de disminuir la cantidad u ofrecer productos de cosecha, no es descartada por los restaurantes en la ciudad.
Este es el caso de Cardenales, en Chapinero, y Las Villas, en la localidad de Suba, que prefirieron continuar con los precios y ofrecer productos en cosecha y que se encuentran económicos, a esperar la posibilidad de perder algunos clientes por el precio.
Roberto Vélez, dueño del restaurante Las Villas, argumentó que “la zona de Ciudad Jardín es residencial, por lo tanto hay que ofrecer diferentes facilidades al usuario como tener un menú variado y manejar bajos precios, por que puede ocurrir que tomen la decisión de cocinar en la casa”.
Además, productos como la papaya, el melón y algunas verduras, de los cuales hay buena oferta, han servido para que algunos restaurantes no suban el precio final.
Bogotá no es la ciudad más costosa
De acuerdo con la información del Dane, que calculó el IPC en las ciudades, Bogotá no es la ciudad más costosa para vivir en Colombia. El top tres en el país lo ocupan Manizales, Pasto y Barranquilla, que según el indicador es 8,78%, 8,45% y 8,15%, respectivamente. Según las cifras, Bogotá ocupa el puesto 15 con 7,5% en el indicador y aunque no es de las más caras, el incremento de los precios lo han sentido los diferentes sectores de la economía. Orrego afirmó que la idea es que los restaurantes no suban el precio, pero esto puede terminar sucediendo, según parece.
Las opiniones
Juan Esteban Orrego
Dir. Ejecutivo de Fenalco Bogotá
“Los restaurantes se han visto afectados por el precio de los alimentos, y estos han tratado de no trasladar el valor al consumidor final”.
Angy Acevedo
Administradora de Deprisa y Buen Comer
“El costo de los granos ha subido mucho, y este producto lo utilizamos bastante en el restaurante, por eso subimos el precio”.