Todo parece conspirar en contra del buen flujo de los proyectos de ley de origen gubernamental en el Congreso. A la demorada confección de la agenda, ahora se suman los cálculos renales que le aparecieron a Fernando Carrillo (1963) y que lo incapacitaron por una semana. La cascada de proyectos prevista por Santos (1951) arrancaría en la segunda semana de octubre, cuando toda la jornada de los Ministros se concentraría a Cámara y Senado.
