Llama la atención que el director General de la Policía Nacional, Óscar Naranjo (1956), mantenga tan altos niveles de popularidad, superiores a 70%, mientras el país enfrenta una crisis en seguridad a causa del inusitado incremento de las bandas criminales. Lo curioso del asunto es que la opinión pública le pasa la cuenta de cobro a la favorabilidad del Presidente Juan Manuel Santos (1951). Naranjo viene desde la época de Uribe (1952).