La elección del gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros se está convirtiendo en un espectáculo digno de Donald Trump (1946). Primero, que deberían ir representantes de los 32 comités; segundo, que habrían 10 finalistas; tercero, que saldría una terna para finalmente escoger al Gerente. De un cargo eminentemente técnico, se pasó un manoseo populista que ha puesto al límite de la máxima división a los cafeteros.