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“Solos no fuimos nada, pero juntos somos poderosos”. Esta frase podría resumir el caso de 36 familias que, luego de vivir las inclemencias de la guerra, se convirtieron en exportadores de ají tabasco a Estados Unidos y Europa.
Hace más de 40 años, estas 36 familias de Villanueva, Bolívar, se dedicaban a trabajar en un modelo económico sustentado: la siembra de tuca y maíz. Sin embargo, en 1996 fueron desplazados de sus tierras después de haber sido tachados injustamente como auxiliares de la guerrilla por lo que tuvieron que salir de sus parcelas y buscar otro sitio para refugiarse. Así lo recuerda Orlando de la Rosa, líder comunitario de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos. “Llegamos a Cartagena desorientados, como un conejo que sueltan en un lugar que no es su hogar”.
Poco a poco se fueron acostumbrando a la ciudad pero, según Orlando, su deseo siempre fue volver al campo. Además, la realidad de la gran ciudad le pesaba a él y a su familia. Pudieron, no obstante, abrir un espacio y trabajar en ventas callejeras, albañilería y otros trabajos informales. Inconformes con su nuevo estilo de vida, comenzaron a organizarse para pensar en posibles salidas a éste. En 2006, formaron la Asociación Agraria de Bolívar (Agrobol). “Nunca quisimos vivir de ayuda humanitaria, así que lo primero que necesitábamos era una tierra productiva para volver a empezar”, cuenta de la Rosa.
Durante su planeación, conocieron a un grupo de desmovilizados que tenían unas tierras sin trabajar. Cobijados bajo el Programa de Oportunidades Rurales del Ministerio de Agricultura, empezaron a aprovechar las oportunidades tecnológicas y, según este líder, a confiar que su sueño sí podría ser posible.
Orlando considera que están satisfechos porque aportan un granito de arena para construir los procesos de paz en el campo. Desde 2012, luego de caer en cuenta que la yuca y el maíz no eran rentables, comenzaron a sembrar ají tabasco.
“Un cultivo desconocido que podría generar más empleo y mejor calidad de vida”. Así se les abrió la puerta hacia la exportación y comenzaron a trabajar con el Programa de Alianzas Productivas del Ministerio de Agricultura.
El ministro de la cartera agropecuaria, Rubén Darío Lizarralde felicitó que Agrobol encontrara, “la semilla capaz de germinar la esperanza de un nuevo futuro”. Al día de hoy, cuentan con 18 hectáreas tecnificadas y un plan de manejo social. Su socio comercial es Tecnoají, una de las firmas más reconocidas del sector.
El ají de Agrobol, incluso, ya ha logrado seducir el paladar de los amantes del picante, principalmente en California.
Exportaciones de ají superan US$5.000 millones
Los departamentos con mayor producción de ají son el Magdalena con 11.719 toneladas, seguido del Valle del Cauca con 2.693, Córdoba con 2.143, la Guajira con 1.715 y el Atlántico con 940 toneladas. Durante los últimos tres años han aumentado las exportaciones. En 2011 se registraron US$3.191 millones, el equivalente a 2.030 toneladas. En 2012, US$3.573 millones,1.766 toneladas y en 2013 fueron $5.630 millones, es decir, 2.781toneladas.
