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Mandela, el hombre que cambió Sudáfrica

viernes, 6 de diciembre de 2013
Foto: AP
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Ernesto Rodríguez

La historia de Nelson Mandela se podría comparar a la de un superhéroe, pues logró hacer lo que muchos trataron pero nunca pudieron: unir a dos razas que durante muchos años se mataron y vivieron condenadas por la diferencia en el color de piel. Su llama se extinguió el día de ayer, tras lidiar por tres años con diferentes problemas de salud. Pero los avances que le generó a su país en lo político, social y económico perdurarán por siempre.

El presidente de Sudáfrica entre 1994 y 1999, logró erradicar el Apartheid, sistema de segregación racial que operaba en algunos países de África; y también, generó que su país fuera más próspero y mejorara sus indicadores económicos, gracias a la democratización que logró implantar desde que asumió el poder.

“La importancia de Mandela para la economía de Sudáfrica, se traduce en que logró atraer mayor Inversión Extranjera Directa (IED), pues sus políticas generaron que un país que estaba al borde de una guerra civil se tranquilizará y fuera bien visto ante la comunidad internacional”, asegura Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de relaciones internacionales de Universidad del Rosario.

Lo ratifican las cifras del Banco Mundial: la IED en Sudáfrica en 1991 tuvo un saldo negativo de US$75,722 millones, y  cuando Mandela logró empezar a trabajar promulgando sus políticas, que lo llevarían a la presidencia en 1994, los indicadores económicos empezaron a cambiar. En 1993, la IED fue de US$11,290 millones: en 1994. US$374,410 millones, y en 1995, luego de un año de trabajo, las inversiones superaron los US$1.000 millones. El salto es más notorio en 2012: se situaron en US4.572 millones.

Otros, como  Salomón Kalmanovitz, decano de economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, consideran que  “mejorías económicas como tal no hubo, las empresas manufactureras estuvieron en manos de blancos y la economía siguió igual, a pesar de que los salarios aumentaron un poco”.

‘Madiba’, como se le conocía al líder, nació el 18 de julio de 1918 en una aldea en las montañas del Cabo Oriental de Sudáfrica, y tuvo que vivir 27 de sus 95 años en una celda, acusado de alta traición por realizar actos en contra del gobierno de turno. 

Mandela se convirtió en símbolo de la lucha contra la discriminación racial. Aunque rara vez se presentaba en público, era reconocido por su calidez y su carisma. La última vez que lo hizo fue en el Mundial de fútbol que se celebró en Sudáfrica en 2010. Mandela tuvo sangre real cuando nació, pero no fue esto lo que le llevará a recibir los honores de la realeza en su muerte. Fue su espíritu de guerrero lo que lo llevó a verse recompensado por las penurias que pasara en su vida, los años en prisión lo ayudaron a moldearse como el líder pacífico que le dio un lugar bien ganado en la historia de la humanidad. Todo un superhéroe, solo que uno de la vida real, donde las historias tienen fin.

Dividendo de la paz trajo crecimiento 
El dividendo de la paz (la redistribución de los recursos invertidos en la guerra), la recuperación de sectores productivos y la reparación de la confianza resulta evidente en países que vivieron conflictos internos, y cuyo fin marcó un claro aumento en el crecimiento de sus economías. En Sudáfrica, al terminar el Apartheid y presentarse las elecciones de 1994, en las que Mandela fue electo como presidente, el país pudo lograr un crecimiento constante, si se le compara con el rendimiento que había tenido en los 80. Según los expertos, un país en paz permite que se desarrolle más fluidamente la infraestructura y aumente la confianza.

Las opiniones

Mauricio Jaramillo Jassir
Profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario 

“La importancia de Mandela para la economía de Sudáfrica se traduce en que logró atraer mayor inversión extranjera, pues sus políticas lograron estabilizar el país”.

Salomón Kalmanovitz
Decano de economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano
“Mejorías económicas como tal no existieron, las empresas manufactureras estuvieron en manos de blancos y la economía siguió igual, a pesar de que los salarios aumentaron un poco”.

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