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Las propuestas de las Farc en materia agraria durante los últimos 48 años - desde que nació el grupo en el año 1964 hasta el 2012- ratifican que la tenencia y el uso de las tierras se convierte en la espina dorsal del conflicto al que se le pretende poner punto final con el inicio de la segunda fase de los diálogos de paz en la Habana Cuba, a partir del próximo 15 de noviembre.
Un total de 17 puntos, de los que se hacen referencia varias ocasiones, hacen parte de la cartilla agraria del grupo guerrillero a la que tuvo acceso exclusivo LR.
A lo largo del documento se percibe la evolución ideológica de la guerrilla, en la medida en que se deja de luchar por gallinas y condonar deudas de todos los campesinos, a discutir sobre asistencia técnica y seguridad alimentaria.
La “reforma agraria revolucionaria”, denominación que le da las Farc al documento, propone la gratuidad de la tierra para los campesinos manteniendo el derecho a la extinción de dominio de tierra inexplotadas o explotadas con vulneraciones al medio ambiente.
En la propuesta prevalece la disposición de tierras productivas a mujeres campesinas jefes de hogar, abandonadas, viudas. Así como a las víctimas de desplazamiento forzado y los profesionales del agro dispuestos a poner sus conocimiento al servicio del desarrollo rural.
En ese sentido, la política incluye la ayuda técnica y de infraestructura, herramientas y animales de labor para la debida explotación económica de la tierra. También el acceso a créditos, subsidios, vivienda, educación campesina, absolución de deudas, entre otros.
No obstante, la reforma agraria propuesta por las Farc, deja claro que se respetarán las propiedades de los campesinos ricos que trabajan personalmente sus tierras. “Se preservarán las formas industriales de trabajo en el campo. Las grandes explotaciones agropecuarias que por razones de orden social y económico deban conservarse, se destinarán al desarrollo planificado de todo el pueblo”, dice el documento.
Por otro lado, alude a la protección de las comunidades indígenas otorgándoles tierras suficientes para su desarrollo, devolviéndoles las que les hayan usurpados los latifundistas y modernizando su sistema de cultivo. “Las comunidades indígenas gozarán de todos los beneficios de la Política Agraria Revolucinaria. Al mismo tiempo estabilizarán la organización autónoma de las comunidades respetando sus cabildos, su vida, su cultura, su lengua propia y su organización interna”.
El otorgamiento de títulos a campesinos (colonos ocupantes, arrendatarios, agregados), que explotan tierras de la Nación y de latifundistas hace parte de la política de formalización de terrenos que propone la guerrilla de las Farc y que se ratifica en sus propuestas del presente año.
Otro de los puntos a los que el grupo hace hincapié en el documento y que coincide con el discurso de Iván Márquez, vocero del equipo negociador de las Farc, en contra de la tenencia de tierras y explotación de los recursos naturales por parte de compañías extranjeras, es la confiscación de tierras que estén ocupadas por empresas de capital foráneo.
“Todas las propiedades o concepciones de compañías extranjeras, petroleras, mineras, bananeras, madereras...quedan abolidas a partir de la sanción de la presente Ley y pasan bajo control de las Farc”, dice textualmente el punto séptimo que se estableció desde el año 1982 en la reforma agraria que propone el grupo guerrillero.
Para Jorge Londoño, presidente de Asdesillas, la política agraria propuesta por el grupo guerrillero es anacrónica, en el sentido que el mundo no puede negarse a la posibilidad del desarrollo a través de la inversión nacional y extranjera, el libre comercio y la explotación eficiente y responsable de los recursos naturales. “ El desarrollo rural y por ende la superación de la desigualdad social no se logra negándose a la explotación eficiente de los recursos, en el mundo moderno se ha visto que el uso responsable es posible”, dijo.
Enrique Villegas, presidente de la junta directiva de Corporación Colombia Internacional, afirma que la postura de las Farc con relación al desarrollo rural, dista mucho de el mundo globalizado actual, en donde todas las economía se mezclan y el desarrollo va llegando por distintos caminos. “Colombia no se puede devolver en el tiempo hacia una economía cerrada”, expresó Villegas.
El ejecutivo con experiencia de más de 15 años en la empresa familiar agrícola Oriente S.A, señaló además que la internacionalización permite darle paso a los aportes de desarrollo tecnológico, de biotecnología e investigación que brindan los países desarrollados y que hace más competitivo a los productores. “En la medida que tengamos una postura cerrada de solo colombianos y gratuidad en las tierras, es definitivo que no se va a dar el desarrollo rural integral que se planteó en la agenda del proceso de paz”, concluyó.
Lo cierto es que esta cartilla sirve como base para identificar los temas de ayer y hoy que siempre han estado en la agenda de las Farc. Carta que deberá aprovechar el Gobierno para definir su estrategia de negociación en La Habana.
Santos dice que el Gobierno no pasará las “líneas rojas”
En medio de los debates que ha suscitado la segunda fase del proceso de Paz entre el Gobierno Nacional y las Farc en diferentes escenarios: políticos, económicos, gremiales, académicos y en los medios de comunicación, el presidente Juan Manuel Santos dejó claro que el Gobierno sabe muy bien “dónde están las líneas rojas, qué podemos ceder, qué no podemos ceder”. Y manifestó que ojalá se pueda lograr la paz, porque “sería maravilloso para todo el mundo”, pero señaló que si no se alcanza este objetivo, el Gobierno diseñó un esquema para que el intento no le cueste nada al país.
Las opiniones
Jorge Londoño
Presidente de Asdesillas
“Colombia y el sector agropecuario no pueden negarse al desarrollo a través de la explotación eficiente de los recursos naturales, la inversión nacional y extranjera, y el libre comercio”.
Enrique Villegas
Presidente de la junta directiva de la corporación Colombia Internacional
“La gratuidad de las tierras que propone las Farc no es viable, lo que sí se se puede hacer para beneficio de la economía campesina es el acceso a créditos blandos y los subsidios”.
Rafael Mejía
Presidente de la SAC
“Preocupan las posiciones radicales y desafiantes de las Farc. Para discutir lo que el grupo plantea, hicimos un grupo de trabajo en que nos asociamos la SAC, Fedegán y Fenavi”.
